
Otra cosa que me gustó (todavía me gusta) es que tenía una vuelta de tuerca respecto de los temas tratados en los primeros lanzamientos de bandas como Emperor, refiriéndose a cuestiones como el frío invernal, las grises y vastas tierras y el infinito y sorprendente infinito capaz de hacer del pensamiento más impresionante, la pequeñez más absoluta e insondable del mundo.
Las inclemencias del clima del norte de Europa llevadas al cenit del misticismo: la tapa del disco posee una foto (¿o es un dibujo?) de la aurora boreal, tan característica por aquellas latitudes, lo que le da un hermoso marco a la música de estos 5 noruegos, ya conocidos para los lectores del blog. Si a eso le sumamos los instrumentos que aparecen en el sobre interno y la constelación de la contratapa, nos podemos hacer una idea de lo que buscan, de lo que aspiran...
"Aún estremecidos por la grandeza del macrocosmos, pero dándole importancia a los secretos del microcosmos, nuestras aspiraciones son infinitas".
Garm, Carl, Skoll, Sverd y Hellhammer ya realizaron unos cuantos discos clásicos, lo que es una forma de alcanzar la eternidad. Y este disco es uno de esos discos clásicos. Bienvenidos a las "Ásperas sinfonías invernales".
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