Uno de los grandes lanzamientos del año pasado, de la mano
de un proyecto que ya había debutado en el blog si mal no recuerdo con su e.p.
inicial, y aquí ayudada tras las perillas por ese monstruo de Ryyg, de Ulver (productor y mezcla), y ese otro bestia de Gomez Arellano (en el mastering).
Estamos frente a un disco de black metal, pero no de uno
convencional, partiendo de que la “dueña” del proyecto es una modelo dinamarquesa
afincada en EE.UU. ¿Esta es la única distinción? Absolutamente para nada.
Lo primero que llama la atención es el toque angelical de
las voces, al inicio de la placa, acompañadas rápidamente de melodías casi
folkies de violines y un rasgueo tenso de guitarras junto a un ritmo casi
tribal de la batería….para dar paso a un grito DESGARRADOR, y a un medio tiempo
cadencioso que oscila entre esa etiqueta horrenda de Shoegaze, y el black metal
primigenio de principios de los ’90, con altas cuotas de misticismo y
rusticidad, pero siempre con un cuidado por lo estético que sorprende para ser
un inicio de carrera.
El disco transcurre entre canciones a medio tiempo –que es
el tópico general- con arranques vertiginosos y violentos con toques low fi que
impactan por sus melodías y su aura contradictoria, pudiendo pasar de la ira
blacker a la cadencia relajada de lo último de esa maravilla francesa llamada
Alcest.
Todo suena preciso y consistente y está en el lugar que
tiene que estar.
Los sesionistas son Oyvind Myrvoll (batero de varias bandas blackers); Haavard Jorgensenn (quien tocó en grandes clásicos del estilo, de Satyricon, Ulver); Teloch en guitarras (de Mayhem). También hay invitados que le agregan un toque clásico en tuba, cuerno y violín, y el colorado...(no, Mustaine no) Amott añadiendo guitarras en el track 7 "Mordet".
Escuchándolo reiteradamente durante muchísimo tiempo, se nota
cierta monotonía y limitación en el uso de las voces, pero no repercute en
el panorama general del disco, que con sus menos de 40 minutos, es sumamente
disfrutable.
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