28 de febrero de 2016

Thantifaxath "Sacred white noise" (2014)

Otra de las bestialidades extremas que estuve escuchando sin poder sacarlo de mi iPod ni de mi cabeza, quedando ahí, flotando en el descomunal y eterno vacío generado por ellos mismos.
Es interesante que a primera oída, resulte un black metal cabeza, pero con el correr de los minutos y las sucesivas escuchas aparecen pinceladas demenciales que no hacen sino hacerte dudar de tu cordura.
Emparentados con luminarias de la talla de Deathspell Omega y Blut Aus Nord, estos canadienses no tienen miedo en producir una música disonante y enloquecedora, con climas fúnebres y referencias al noise más hijo de puta, sin dejar de lado una veta cuasi industrial que genera ideas suicidas y que borra en menos de 45 minutos, cualquier atisbo de luz y alegría que pudieses tener en tu vida.
Los tipos son desconocidos en serio, no les interesa las fotos promocionales, y en las pocas que hay dando vuelta, se los ve enfundados en sus trajes/capas sin tener sus rostros a la vista, tal como hacen otras bandas que no son necesariamente del estilo, por ejemplo Portal, o los más light Ghost.
Seis canciones para desesperarte y escapar de la luz, para refugiarte en tus mejores pesadillas,esas que te acompañan todas las noches y no te sueltan desde hace años.

21 de febrero de 2016

The Unborn "Babel" (2015)

Absolutamente atemporal e indispensable último disco de los muchachos de The Unborn.
Estamos frente a una obra complejísima e hipnótica, que hace honor a la mítica historia de la Torre de Babel.
Todo lo bueno del disco "Volviendo a casa..." (2012), acá está multiplicado por 1000, regalándonos un viaje que no tiene parangón con nada ni nadie de la Argentina, sino tan solo con ellos mismos.
Sigue presente la melancolía perfectamente mixturada con notas oscuras y por momentos marciales, utilizando 7 idiomas para desarrollar la historia, que tiene momentos sublimes tanto en lo musical como en las líricas, algo que ya no sorprende en estos muchachos.
Resulta impresionante como logran climas tensos con la utilización de instrumentos simples, acompañados por voces que van desde el susurro y la sentida entonación hasta desgarros más propios del black que del folk, y que hacen un contrapunto descomunal con el idioma elegido para cada caso.
Por ejemplo, el arranque plagado de sonidos calmos, con pájaros incluidos y un tenso colchón de teclados mientras una voz rasposa (ala Darkthrone del inicio de "A blaze in the nothern sky") recita, para que un lastimero y triste cantar aparezca cadencioso y sutil gracias a las cuerdas de Astaroth y Ülcha, emulando casi una baguala ("Pu Antüpainko"). Un disco que empieza así, necesariamente se tiene que escuchar de forma reiterada, casi como un mantra o un ritual, en horarios específicos, para que el viaje sea mucho mejor.
El punteo inicial de "Metrëm Mew Wekufu", también da paso a garganta desgarrada y susurrada blacker y contrapunto lírico de Ülcha, con una percusión bien folklórica y guitarras acústicas que se van metiendo de a poco en el inconsciente, y se tornan imposibles de olvidar, sobre todo por la oscuridad que destila, siendo "Babel Rises" mucho más luminosa que la anterior, y oficiando casi de relax transcurridos los primeros minutos del disco.
La veta circense dice presente en el inicio de "Horizons Méconnus", para después aparecer un aire de chacarera en donde la voz de Ülcha flaquea un poco.
Los susurros blackers, bastantes más presentes que en "Volviendo a casa...", aparecen en "Veus del Passat", dándole una similitud a esos primeros trabajos de los dioses Empyrium, pero sonando verdaderamente únicos, con una fuerza marcial que no desentona extrañamente con el catalán (vamos, el idioma del Nano Serrat no podría impactar menos en mi persona)
En "Luftspiegelungen", el inicio rememora en mi mente, los primeros discos darkys de Lacrimosa, en esa entonación dura del alemán, que se contrapone a la fragilidad que desprende una simple guitarra rasgada de fondo y unas pinceladas casi temerosas con los teclados. Lo interesante no es solo la referencia a Lacrimosa, sino que aparecen notas de esos proyectos medievales tipo Estampie, pero no tan juguetones sino más bien contemplativos, sentimiento que abarca y atraviesa todo el disco.
En "Ecos del Tiempo", tal vez la joya del disco (por lo menos hoy, después puede cambiar), la música folklórica se entremezcla con el darkfolk europeo, dando como resultado una poesía melancólica y evocativa de un lugar agreste pero no por eso menos amado, con vientos que si bien pueden lastimar, también pueden acompañar el relax de un hermoso viaje, como la canción misma. Y otra cosa, la voz de Ülcha muestra que este es el estilo que mejor le queda a su voz, sonando fragil y hermosa al mismo tiempo.
"Caress of the sun" es extrañamente luminosa, por lo menos en su primera parte, ya que después pareciera cambiar no la canción, sino el espíritu de la misma, tornándose más amarga y desesperanzada, pero no tanto como ese mazazo marcial a la Arditi u Ordo Equilibrio titulado "Memoriile padurei negre", otra joyita para escuchar hasta el cansancio -que nunca llega-
El disco llega a su fin con una angustiosa y tristísima queja/despedida en francés y español, en donde el amor perdido para siempre solo deja un recuerdo, que sirve de brújula entre desconocidos que posiblemente no hablen tu idioma.
Uno de los mejores discos argentinos, de una banda que escapa rápidamente a los rótulos y que hace música imposible de dejar de escuchar.
Una obra de arte del carajo. Búsquenla en su web oficial

Dark Tranquility "The Gallery" (1995)

Otra bestialidad de Dark Tranquility, justo anterior al hermoso “The Mind’s I”, en donde los clásicos se suceden uno detrás del otro, y donde predominan riffs vertiginosos con melodías punzantes y solos de extracción clásica que, desparramados en 11 canciones increíbles, se vuelven adictivos necesitando de vez en cuando no solo escuchar este disco, sino experimentar las sensaciones que producen, que, como siempre, varían con el paso del tiempo.
No todo es vértigo, velocidad y violencia, sino que también tenemos sutilezas, pinceladas que hoy son la firma registrada de los suecos, como el inicio del tema que titula la placa, con un punteo casi clásico seguido de un riff descomunal y las voces femeninas de  Eva-Marie Larsson, que aparecen cuando se hace la rebaja de rigor para asociar el Death Metal –ya melódico- a una melancolía y un clima triste que no se si existía hasta ese momento.
Parece mentira que siempre se haga incapié en las violas, cuando el trabajo en la batería adquiere una relevancia descomunal, y junto a la otra cara de la sección rítmica, dejan a los demás hacer lo que se les antoje, mientras ellos marcan un ritmo y llevan el tiempo por los carriles correspondientes.
Palabras aparte merecen tanto “…Mine is the Grandeur”, con su cadencia entre marcial y gitana, y solo guitarra clásica y percusión, y la que cierra la placa “…Of Melancholy Burning”, el tema más extenso de la misma y con más cambios y climas.
Pero eso no es todo, ya que estamos frente a una edición limitada, en donde podemos disfrutar de cierta demostración de afecto por sus influencias más evidentes, sonando temas tales como “Acacia Avenue” de los ingleses Iron Maiden, en una versión maravillosa, o “My Friend of Misery” de la M (Metallica, despistados), cuando hacían música en serio, como así también el clásico de Mercyful Fate (Lady in Black), y un par más (Kreator y Sacred Reich)
Obligatorio.

14 de febrero de 2016

Dark Tranquility "The Mind's I" (1997)

Todavía no puedo entender como recién 7 años después de haber arrancado con el blog, no posteé algunos de los clásicos de estos suecos, y sí perdí tiempo en escribir acerca de bazofias actuales como In Flames, por ejemplo.
La reputa madre que lo parió, un clásico del recontramil carajo, que ayudo a cimentar lo que hoy por hoy tiene absolutamente ganado este grupo sueco, con mas de 25 años en la ruta.
Es increíble como supieron mantener su esencia y cambiar para no extraviarse en la intrascendencia, algo que sus contemporáneos y vecinos de In Flames no solo no supieron hacer, sino que al contrario, cambiaron para tirar por la borda lo construido en sus primeros 3 discos. Pero eso es otro tema, aquí lo importante es esta banda que sobrevivió a lo que se llamó el sonido Gotemburgo, junto con los geniales At The Gates, y que ayudó a construirlo.
Y parte de ese sonido está inscripto en el ADN que transmite este disco, tercero de su historia. Una mezcla perfecta de la velocidad y agresión Death/Thrash, pasado por el colador sueco (es al pedo, Suecia es una máquina de producir bandas geniales), y aderezado sabiamente con guitarras gemelas extraídas del Heavy clásico inglés (Iron Maiden, Judas Priest).
Aún sonando más rústicos que producciones posteriores, la energía y el vértigo que hay en cada una de las 12 canciones, podrían hacer reventar varias ciudades juntas, muchas de ellas hoy clásicos indiscutibles del Death Metal Melódico, e influencia de un sinnúmero de bandas pedorras actuales que tienen el sonido pero ni una pizca de las bolas ni del talento de estos muchachos.
Cualquier banda que tenga en su haber discos en donde están gemas descomunales y eternas como “Zodijackyl Light” y esos juegos de guitarras melódicas que más de una banda de Power germano y afines se pegarían un buen tiro en las bolas con tal de poder componer, o “Hedon”, pesada y vertiginosa por igual, con unos rebajes grooveros y un bajo remil al palo…mieerda, podría seguir con cada una de las canciones restantes y lo mismo me quedaría corto, porque este disco necesita ser escuchado una y otra vez, y así, todavía es inagotable fuente de emociones variadísimas...decía, cualquier banda con estas canciones, deberían ser obligatorias en la educación musical de cualquiera.
¿Y la melancolía de esa canción atemporal de “Insanity’s Crescendo”?, que nos susurra en los primeros dos minutos gracias a la aterciopelada intervención de Sara Svensson, para dar paso a un riff ganchero como la mierda, acompañado de un laburo en batería hermoso, y dejándonos ver lo que podría ocurrir con la dirección de la banda, quizás unos años más adelante (su futuro, nuestro presente). O la sugerente “The Mind’s eye”, que cierra la placa y abre un universo de posibilidades para disfrutar de la música, casi sin rótulos seguros, allá en el año  1997
Una formación que cuenta con Mikael Stanne (voces), Niklas Sundín (guitarras), Fredrik Johansson (guitarras, y batería en el tema final), Anders Jivarp (batería) y Martin Henriksson (bajo y guitarras acústicas), y unos invitados tremendos: Fredrik Nordstrom (una bestia, en teclados), Michael Nicklasson (voces, y que pasaría a ser el bajista a partir del 2000), Anders Fridén (si, el de In Flames, que fuera vocalista de esta banda en el primigenio "Skydancer", vocalista en "Hedon").
Un clásico, indispensable para los amantes del metal y de la música extrema. 

4 de febrero de 2016

Anguished "Cold" (2010)

Absolutamente en el polo opuesto de Myrkur, está Anguished, también a cargo de una mujer (Possessed Demoness) como único miembro estable.
Resulta absolutamente perturbador el trabajo realizado por esta mina, sobre todo en las voces y las guitarras, sonando desesperantes y depresivas por igual, lacerantes al punto de parecer hojas de afeitar que se te van clavando en el tímpano y te hacen dudar de la cordura de la flaca.
Las violas…por satanás…, parecen estar enterradas en la mezcla, donde se le da prioridad a las voces, pero están ahí, casi palpables, marcando también las canciones, la mayoría a medio tiempo, y con un sonido low fi que resalta el sufrimiento, la angustia y la desesperanza.
Tampoco deja de lado el toque melancólico, y hay un tratamiento entre tanta rusticidad, de melodías tristes y soñadoras, que se sienten en el cuerpo, y que no me permiten dejar de escuchar una y otra vez esta obra nihilista,  fría y depresiva, linkeada al black metal más clásico, nekro y kult, ese anterior a la presencia de la era digital, donde sonaba todo un poco más orgánico.
La elección del título del disco no podría haber sido mejor, y representa claramente la búsqueda de esos sonidos que amamos sin saber muy bien por qué.
Lo interesante, a parte del sonido orgánico y bien low fi, es que entre tantas voces gritadas lacerantes, aparece un manejo de los colores de las voces y los climas mucho mejor y más variado que en Myrkur.
Un discazo del carajo si estás buscando angustiarte de forma desesperada.

3 de febrero de 2016

Myrkur “M” (2015)

Uno de los grandes lanzamientos del año pasado, de la mano de un proyecto que ya había debutado en el blog si mal no recuerdo con su e.p. inicial, y aquí ayudada tras las perillas por ese monstruo de Ryyg, de Ulver (productor y mezcla), y ese otro bestia de Gomez Arellano (en el mastering).
Estamos frente a un disco de black metal, pero no de uno convencional, partiendo de que la “dueña” del proyecto es una modelo dinamarquesa afincada en EE.UU. ¿Esta es la única distinción? Absolutamente para nada.
Lo primero que llama la atención es el toque angelical de las voces, al inicio de la placa, acompañadas rápidamente de melodías casi folkies de violines y un rasgueo tenso de guitarras junto a un ritmo casi tribal de la batería….para dar paso a un grito DESGARRADOR, y a un medio tiempo cadencioso que oscila entre esa etiqueta horrenda de Shoegaze, y el black metal primigenio de principios de los ’90, con altas cuotas de misticismo y rusticidad, pero siempre con un cuidado por lo estético que sorprende para ser un inicio de carrera.
El disco transcurre entre canciones a medio tiempo –que es el tópico general- con arranques vertiginosos y violentos con toques low fi que impactan por sus melodías y su aura contradictoria, pudiendo pasar de la ira blacker a la cadencia relajada de lo último de esa maravilla francesa llamada Alcest.
Todo suena preciso y consistente y está en el lugar que tiene que estar.
Los sesionistas son Oyvind Myrvoll (batero de varias bandas blackers); Haavard Jorgensenn (quien tocó en grandes clásicos del estilo, de Satyricon, Ulver); Teloch en guitarras (de Mayhem). También hay invitados que le agregan un toque clásico en tuba, cuerno y violín, y el colorado...(no, Mustaine no) Amott añadiendo guitarras en el track 7 "Mordet".
Escuchándolo reiteradamente durante muchísimo tiempo, se nota cierta monotonía y limitación en el uso de las voces, pero no repercute en el panorama general del disco, que con sus menos de 40 minutos, es sumamente disfrutable.

2 de febrero de 2016

Ecliptic Sunset "Sinister Temperance" (2015)

Otro de los discazos que tuvo a maltraer a mi cerebro el año pasado.
Pasaron ya 9 años de su anterior lanzamiento "Of Torment and Grief", y debo decir que se extrañaba a la banda.
Los que son lectores del blog, sabrán ya de la historia de la banda salteña, por lo que no voy a ahondar en ella, manteniéndose en su histórica casa Furias Records, de larga trayectoria en el mundo de la música extrema argentina.
En realidad tendría que reformular eso de banda, ya que el único presente en este disco es el líder y fundador de la banda, Alejandro Medina, quien se encarga de absolutamente todo.
Recordemos que en lanzamientos anteriores, la música del grupo paseaba por variantes de un black que si bien no perdía violencia se centraba en climas oscuros y cierto toque de melancolía sobre todo en las letras.
Ahora prevalece el odio y la violencia, con riffs repletos de vértigo y con machaques que no solo remiten al black metal, sino que beben de fuentes como el thrash más violento y técnico, y no tan jodón. Se me ocurren, por ejemplo, algunas cosas de Overkill, sobre todo cuando en esa genialidad llamada “Horroscope” (1991) metían rebajes y mandaban arpegios que le daban una oscuridad llamativa, y una calidad que los diferenciaba del resto.
Aquí, en su nuevo lanzamiento, hay mucha violencia, pero también oscuridad, y cuando Alejandro baja las revoluciones, es cuando los temas sacan a relucir un aura de malignidad que no puedo sino aplaudir.
También hay que destacar que esos toques melancólicos que estaban presentes de forma evidente antes, ahora están velados, por lo que demanda mayor atención, y no solo una escucha superficial, dejando entreveer un toque de frustración (por lo menos es lo que a mi parecer emerge), que hace que un nuevo componente aparezca, una sensación de ira que se lleva puesto todo lo que hay por delante.
Para continuar con los aciertos, algo a lo que la banda nos tiene (mal)acostumbrados: la calidad del sobre interno, con un papel de gran calidad y una producción fotográfica más que interesante. También quiero destacar que si bien en ambos lanzamientos anteriores destacaba como el único punto flojo el sonido de batería, en este caso, si bien no es el mejor o más logrado, no puedo decir que resulte falto de fuerza, de hecho está mejor asociado al sonido actual de la banda, por lo que pulgares para arriba a ese punto que antes me jodía bastante (estoy viejo ya, y menos tolerante jejeje)
Para terminar, mención especial para esos breves instrumentales que ofician de lapsos para tomar aire entre tanta violencia, y que le dan el toque oscuro correspondiente a toda obra blacker que se precie de tal.
Otro lanzamiento de Ecliptic Sunset., pero no un lanzamiento más. 
Otro grandísimo disco de Black vomitado por las entrañas del “interior” de Argentina. Otra gema violenta para disfrutar a gran volumen.
Otra gran demostración que los sentimientos negativos de la vida (el odio, la ira, la frustración), que el dolor de existir puede generar obras que a uno le produzcan una mueca de disfrute y de alegría en la cara, y eso siempre se agradece.
La felicidad no es buena compañía al momento de hacer black metal del bueno, y aquí se nota.

26 de enero de 2016

Mezcla Oriental Azul de Tabacos S.N., en Butz-Choquim capitan 70

Después de casi un año de fumar diversas mezclas del Maestro Mezclador Antonio Norberto Petti, en varias de las pipas de mi colección, me decidí por una de las que más me gusta de sus variadísimas mezclas inglesas, la Oriental Azul, compuesta por una mezcla equilibrada de Virginias madurados y Burley, más el agregado de hojas orientales, Latakia siria y perique de Loussiana.
Como siempre hago, lo primero a lo que le presto atención es a la presentación: podría decir que es lo único "flojo" de este y los demás tabacos Sentimiento Nacional, en un pouch de 50 grs, sobre transparente y con el sello de S.N. estampado en color celeste y blanco. Y digo flojo, porque con la calidad del tabaco que tiene dentro ese simple sobre plástico, si tuviese una presentación, no sé, en lata, podríamos estar pagando una pequeña fortuna por esos 50 grs de tabaco.
El detalle que resulta más que interesante, es que este sobre transparente permite advertir el color del tabaco, y eso se agradece y tira por tierra la impresión inicial de la presentación estética. Entonces, los colores y el corte: la presentación es en ribbon de tonos marrones (desde claros a mas oscuros, sin llegar a los amarillos), con los ribetes muchos más oscuro de la latakia y el perique.
Abrimos el pouch (la verdad que ya estoy terminando esos 50 grs), y el aroma tiene una sutileza increíble, ahumado pero penetrante, y para nada agresivo.
La humedad es la precisa, y se puede fumar ahí mismo, sin necesidad de airearlo. Justamente, gracias al corte y a la humedad, se puede cargar cualquier pipa, ya sea grande o pequeña.
Enciende perfectamente de forma cómoda y no se apaga más, inundando el espacio de un aroma a campo y a tierra mojada como se sienten en las mejores mezclas inglesas, con notas penetrantes, pero sumamente relajantes.
En la primera mitad de la fumada, se percibe mucho más los Virginias dulzones y la latakia, y a medida que va adquiriendo temperatura, empiezan a presentarse, ya promediando la mitad de la fumada y hacia el final, prevaleciendo el burley y el picor característico del perique, sin que resulte agresivo a la lengua y al paladar (no muerde, lo probé fumando dos cargas seguidas), algo que es una característica presente en todas las mezclas de S.N. que probé.
La carga nicotínica se siente justamente hacia el final, y resulta media/alta, sin que te duerma o te produzca ese sopor de tabacos más heavys.
Terminada la fumada, prácticamente no hay humedad en la pipa, por lo que resulta fácil de limpiar, y la ceniza es casi blanca con algunos grises, y sin una pizca de grasitud.
Lo que se dice un verdadero manjar, y un tabaco que es indispensable probar y tener (de los tantos de S.N.)

24 de enero de 2016

Senegal Grindcore Mafia "Hay Daño en Casa" (2015)

Me acuerdo cuando hice la reseña de su primer single, el año pasado, antes de la salida de esta otra bestialidad que me tuvo a mal traer durante bastante tiempo.
Parece cierto que hay "más formato" canción, si ello se puede aplicar a la locura que destilan estas canciones.
Es cierto, el grado de violencia y vértigo es claro desde el arranque con "Toda la grela", pero no hay solo violencia, ya que con el tiempo, eso que parecía un caos ruidoso y extremo, va dejando paso a toneladas de información y capas y más capas de violas que se superponen y van regalando incluso melodías y estructuras gancheras que-resta decirlo-no había en la banda anterior de Posse y Bianchi (guitarra y bajo respectivamente), los conocidos Random (hay ya disueltos según parece).
Pero no todo pasa por estos dos músicos, ya que la otra parte de la sección rítmica de la Senegal, Germán Gómez, hace un laburo de relojero, sosteniendo con precisión el esqueleto de los temas, y agregando un toque de groove increíble, sin dejar de sonar pesado y denso cuando hace falta.
También hay que destacar que lo que se dejaba escuchar en aquel single respecto de la mayor libertad en las violas, aquí se confirma, resultando una química maravillosa entre Posse y Gaspar Rojas, el otro violero.
¿Puede una banda extrema sonar funky? Escuchen el inicio de esa gema titulada "Queme Oren" y después charlamos, donde también aparece una veta más lenta y ambient como para dar lugar al respiro necesario para continuar.
Cada uno de los temas se destacan y se diferencian del resto, lo cual también ya es raro para una música tan extrema, logrando a mi entender, uno de los mejores discos nacionales pesados editados en muchísimos años.
Ojalá haya muchísima más Mafia, vale la pena aturdirse con semejante muestra de versatilidad.

Uroboros "Deiphagomega" (2015)

Otra bestialidad que no paré de escuchar desde que apareció, el año pasado.
Otra bestialidad escupida/vomitada por el glorioso under argento, que ya a esta altura demuestra una envidiable salud y productividad, así como una seriedad de los músicos para encarar sus proyectos que no hace sino repercutir en la música que podemos escuchar.
Así como había señalado la presencia de la rusticidad y el sonido low fi de su e.p., aquí si bien sigue presente, pero todo es más. Porque suenan más rústicos y violentos, muchísimo más enojados, pero también muchísimo más enfocados en cada uno de los temas, y con letras que destilan sangre, odio, violencia...pero no solo eso.
Es increíble como los riffs se fueron clavando en la mente, y todo fue tomando forma amalgamándose perfectamente música y letras como un amasijo único que permite vivir en este tiempo de bestias.
No puedo dejar de sorprenderme por la veta doom que explota el dúo en varias canciones, logrando que se articule a la experimentación con violines y sonidos varios, que le dan a la música de Uroboros un estilo muchísimo más maligno e hijo de puta que aquel e.p. reseñado en nuestro blog, mostrando incluso -oh, término pedorro y berreta que detesto- una evolución descomunal en la composición.
¿Evolución dije?
Sí, también hay arranques blackers y gritos desesperantes que remiten a lo más suicida que te puedas imaginar, y algún que otro toquecito jazzero/incidental, obsequio del saxofón de otro loquillo amante de la experimentación, Manuel Platino.
Palabras parte para la portada del disco, obra de Andrés Córdoba, generando un cuadro tan perturbador y mítico como perfectamente conjugado con la poderosa música, que está allí, cerca de nuestros oídos y lista para servirnos como compañía perfecta en estos tiempos que corren.
Otro de los grandes discos que parió la escena. Otro de esos que se necesitan escuchar y escuchar, para darse cuenta que pasaron meses y uno se perdió en el tiempo y omitió hacer la reseña correspondiente.
Espero saldarla deuda con este conjunto de canciones que aún me acompañan.
P.D.: el sello no podía ser otro que Zann's Music, recomendándoles que se acerquen a su bandcamp

23 de enero de 2016

Psicosfera "Alpha" (2015)

Un poco desmotivado para hacer reseñas como se podía ver en el historial del blog, pero no por no haber estado escuchando música, sino todo lo contrario. Toneladas descomunales de música para digerir y sorprenderse, en general gratamente.
Y mejor todavía, muchos de los grandes discos que estuve escuchando son de mi país.
En este caso tenemos el debut de Psicósfera, que no necesariamente es un debut en el blog de uno de sus músicos, ya que don Gabriel, violero, es el encargado de llevar adelante esa deformidad blacker/doomer llamada Hellige.
La cosa acá va por otro lado, y tiene más “formato canción”, lo cual no significa que la cosa sea amigable, por supuesto.
Podríamos hablar de una banda que tiene influencias múltiples, pero que por suerte (y gracias a la capacidad de los músicos, obviamente) no son evidentes, y resultan secundarias al disfrute de la música. ¿Cuáles son esas influencias? Hay cosas de Neurosis y Mastodon, sobre todo en la intensidad que adquiere la música cuando baja de revoluciones...
También hay cosillas dando vuelta de gente que se dedica a hacer el black más hijo de puta, como Deathspell Omega o Blut Aus Nord, pero no en la veta industrial que se podría suponer, sino en esos arranques de guitarras violentos y disonantes que te pone los pelos de punta.
También escuché, como escondido entre las estructuras de los temas, una leve llamada drone, evocando pasajes oscuros de Sunn O))) o Earth, para ser más preciso.
Y lo mejor de todo, es que todo suena tan orgánico que te enganchás rápido con la propuesta que no es pop para divertirse precisamente.
Los responsables de este viajecito psíquico instrumental, son aparte de Luque (guitarras), Juan Facundo Brinville (batería, también vocalista de Morte), Gabriel Sabatini (guitarras, también  de los extremos brutales Abolition of Impediment y de Inexistence), y el invitado y compañero de Sabatini en Abolition, Juan Martín Venezia en bajo.
Una experiencia densa y, paradójicamente refrescante.
A seguirle la pista a esta gran banda argentina.

24 de diciembre de 2015

Mgla "Excercises in futility" (2015)

Se va el 2015, otro año descomunal en cuanto a lanzamientos dentro de la música extrema (y no tanto).
Este es uno de ellos, proveniente directamente desde Polonia, para calmar el aplastante calor reinante en Tucumán, Argentina, en base a su música que tiene muchísima violencia, pero no solo eso.
Es un disco complejo y profundo, que después de haber escuchado muchísimas veces, sigue demandando atención a quien se adentra en el desprecio y el nihilismo que supuran sus letras, acompañadas como corresponde, de sonidos punzantes y lastimosos, que no ahorran incluso en breves, brevísimos acordes sin distorsión, a modo de advertencia.
Es cierto que las guitarras tienen un lugar fundamental en el disco, con regalos post punk escondidos entre el black, pero no son menos importantes las bases frenéticas de la batería, que pasan del black al industrial y al post punk con una facilidad apabullante, acompañando la desesperación con "alegría" ochentera (modo sarcasmo on)
Siempre la música sirvió -a mi por lo menos- como catalizador y defensa contra toda la mierda circundante en este mundo cada vez más patético y decadente.
Descreo y desconfío, por alguna oscura intuición, de la gente feliz que escucha música de fondo mientras se le pasa la vida entre su propia estupidez inadvertida y la felicidad que tratan de venderle o metérsela dentro del cuerpo por alguno de los orificios.
Prefiero sufrir el dolor impartido, buscado incluso, en cada pieza que se incrusta en mi mente y deja alguna marca que si bien remite al malestar, es más digno que la estúpida felicidad de plástico.
Eso es lo que puede ocurrir cuando escuchás Mgla, sufrimiento y dolor en formato musical, que sirve para combatir la cómoda felicidad de la inercia del mundo.
Increíble.

18 de noviembre de 2015

Clouds "Doliu" (2014)

nubes

Que disco del carajo. Así, simplemente.

También "debut", y lo pongo entre comillas, porque los nenes que están en este proyecto internacional de novatos no tienen nada, y solo con leer los nombres y las bandas a las que me refiero, se van a caer de culo, así que mejor tomen asiento: Daniel Neagoe (batería y voces), de Eye of Solitude y Shape of Despair (baterista para las actuaciones en vivo); Jarno Salomaa (en guitarras, también de Shape of Despair); Deha (bajo y guitarras, tiene más bandas y proyectos que años); Kostas Panagoitou (teclados) de Pantheist y ex de los densos Wijlen Wij y los funerarios Aphonic Threnody; Pim Blankenstein en voces, de los también conocidos Officium Triste y The 11th Hour, y Jon Aldará también en voces, de los Death Progresivos Barren Earth.
Como se imaginarán, los climas no son precisamente alegres con semejantes bandas en juego, pero contrariamente a lo que se podría suponer, las composiciones son variadas y dinámicas, y con juegos de voces verdaderamente conmovedores.
Las guitarras hacen un laburo monolítico y preciso, pegando donde más duele y generando la tristeza y la melancolía necesaria para no aplastarnos y a pesar de todo dejarnos sufrir placenteramente.
Y si de tristeza hablamos, el laburo delicado y sutil de Kostas es de no creer, añadiendo una cuota de dramatismo que no se si podré encontrar en otra banda.
Por supuesto, y como en toda banda que se precie de ser catalogada de Doom, la pérdida, la desesperanza y la miseria están plenamente representadas en las sentidas letras que se te clavan en los oídos, y te arrullan hasta dormirte...así, en silencio y casi en posición fetal, para esperar un más allá, que de tener esta música, debe ser un lugar precioso.

14 de octubre de 2015

Lucifer "Lucifer I" (2015)

maestro
Seguimos con los debuts, y seguimos con mujeres frente al micrófono de discos repletos de onda y buenas canciones.
Y si, encima, hay loas al Maestro, mejor todavía. Vamos, más allá de que ya seamos grandes y hayamos perdido la inocencia hace años, no se puede dejar de dibujar una sardónica sonrisa cuando escuchamos "Abracadabra", que nos dice "...alguien podrá decir que adoro al Diablo, él ha estado golpeando a mi puerta, y lo dejé entrar...".
Siempre me llama la atención la sensualidad que tienen las mujeres dentro de las bandas de metal, sobre todo en esta veta que lleva un tiempo dando que hablar, y que muchos llaman Occult Rock, y no es otra cosa que doom rock bien clásico, centrado en los riffs. Y eso es algo que sobra en este debut, riffs...¿quién es el guacho que desgrana esos dolorosos e implacables sonidos? No es otro que un viejo conocido para los amantes del Doom más clásico, el bueno de Gaz Jennings, violero de Cathedral y de Death Penalty, encargado junto con esa belleza alemana llamada Johanna Sadonis (encargada de teclados, samplers, voces y las letras) le dan forma a este hermoso viaje por tierras de brujas, demonios y pactos con el mismo diablo, todo bajo las pálidas y tenues luces que proporciona nuestra única compañía nocturna, la luna.
Porque nada mejor para acompañarnos por la noche que estas melodías y climas oscuros pero irresistibles, herederos directos de Black Sabbath y todas aquellas bandas que remitían al ocultismo de fines de los '60 y principios de los '70.
Imposible dejar de escuchar Lucifer...que no se acabe nunca el mal señores, siempre que tenga la mejor banda de sonido.

13 de octubre de 2015

Enslaved "In Times" (2015)

perfeccion
Una verdadera obra de arte musical del S. XXI de los noruegos que hace años que no se los puede catalogar como Black Metal, por lo menos así a secas.
Que son una banda extrema, nadie podría negarlo, y que la música que hacen sobrepasa todas las fronteras tampoco.
Los responsables son los mismos de siempre, y la química que destilan entre ellos harían avergonzar a los alquimistas más renombrados.
Como si hubiesen encontrado la proporción áurea, se despachan con un discazo por donde se lo mira, con "tan solo" seis canciones en casi una hora, donde la adrenalina discurre y te inunda como si fuese agua.
En ese sentido, estos tipos son unos verdaderos irresponsables, que largan al espacio estos sonidos sin percatarse de lo que podrían generar en quienes estamos a merced de estos sonidos.
Paseos oscuros que van desde la oscuridad y frialdad blacker, hasta el vértigo propio de las bandas progresivas modernas, sin dejar de lado extraños sonidos que recuerdan a esas vetas rústicas y folkies de sus inicios, y todo con una claridad que no muestra complejo alguno a la hora de componer las extensas canciones que componen este disco.
¿Es obligatorio elegir alguna por sobre otra composición? Espero que no, porque a medida que pasan las escuchas, van cambiando las preferencias; lo que no cambia es la sorpresa, sobre todo por las texturas y la versatilidad presentes.
¿Qué pasaría si Enslaved pasara por su propio tamiz, los sonidos pertenecientes al denominado Post Metal? No la vertiente más hardcore del tema, sino esa deudora directa de Neurosis, Isis o Jesu. El resultado seguramente estaría rondando en el tema "Nauthir Bleeding", o la parte media de "Daylight", acaso la lectura de los noruegos de esos sonidos.
Podría seguir por años describiendo esta obra, pero sería absolutamente inútil, ya que las palabras, una vez presionado el play, faltan...y eso siempre es bueno cuando se trata de Enslaved.
Otro clásico automático de los barbudos, que emociona y empuja a escucharlo una y otra vez.

12 de octubre de 2015

Black Witch "Aware" e.p.(2015)

Woa!, pavada de debut de los brazucas Black Witch, que practican un nada novedoso Stoner doom, pero que tiene tanta onda que es imposible dejar de escuchar esas 5 canciones que componen este hermoso e.p.
¿Por qué nada novedoso?
Porque toman las cosas hechas por los herederos más fumones de La Bruja (Electric Wizard, por ejemplo), sin la "alegría" de los de Birmingham, sino con esa cuota mala onda que le agregan las bandas más actuales asociadas a esa etiqueta un poco pedorra de retro u occult rock...vamos, no jodamos, es el viejo y querido rock que se hacía hace 40 añitos, y que había perdido onda para las revistas y medios más interesados en la música prefabricada, hasta que aparecieron Mount Salem o Jess and the Ancient Ones .
Acá hay cuatro personas (la cantante tiene una pinta de ser más hija de puta y mala onda que la mierda) que parecen dispuestas a vender su alma (si tal cosa existe) con tal de lograr una buena canción, de esas que abundan en "Master of Reality" o "Vol.4", con mucho groove y los riffs bien marcados.
Los responsables son Lorena Rocha (voces), Jorge Luiz (bajo), Fred Nunes (batería) y Rafaum Costa (guitarras), y si bien el ritual es breve, cumple rápidamente su efecto, y nos arrastra por sonidos sucios, pantanosos y oscuros, con una cuotita pequeña de sensualidad doombeta que se agradece.
Por suerte Brasil no solo es el Sepultura vergonzoso de hoy, hay otras bandas y esta que naciò este año, no hay que perderla de vista. 

El Siempreterno "Para siempre" (2014)

Un disco que empieza con "Toda la gloria de los años de juventud fueron nada..." no puede contener canciones felices, y cuando uno se acerca al Siempreterno, no busca una felicidad idiota, sino ese momento de hermosa y única melancolía que nos pueden entregar estas breves 11 canciones que para mi se volvieron indispensables.
Son todas distintas, cada una tiene su identidad, pero hay algo que las atraviesa y las unifica, y es una mala onda escondida en los acordes y en las voces tanto de Mimí como de Sergio;, y la seguridad precisa y casi nihilista de que por más que busquemos y creamos en esa gloria juvenil que se incrusta en cada una de la anécdotas pasadas...lo mismo vamos a morir.
La pregunta es: ¿cómo? ¡Relajados, arrullados por la sensual voz de Maura?
Angustiados, inyectados en ira y adrenalina, presos de la emoción de las guitarras de Ariel Minimal y Sergio...es otra posibilidad-
O contagiados por la pasión que transmite una banda que no se parece a ninguna de las que hay en el país.
Lo paradójico es la alegría que vehiculiza la música que hacen, cuando las letras están tan repletas de muerte e ironía bien hija de puta (escuchen "El secadero").
También es posible relajarse de la mano de la siempre efectiva balada, esta vez con un clima decadente y desgraciado, que arranca una leve sonrisa casi resignada.
Y a medida que pasan las canciones, la sección rítmica sostenido por esas dos bestias de Fernando y Alvaro se muestra como una de las más sólidas que podemos escuchar por esas tierras.
Es posible que, tal como nos escupen en "Esclavo", seamos esclavos del mundo que nos vio nacer (por dios, ese bajo gordo y esos golpes tribales avizoran lo peor), y moriremos esclavos, y retornaremos al cosmos, ya sin poder saberlo...pero con discos como este, esta esclavitud no solo se hace más llevadera, sino que hasta se puede disfrutar.
De pronto, demasiado rápido, suena una guitarra , un especie de acorde fuera del tiempo...y morimos...o terminó el disco.
Hermoso, indispensable, de esos que 20 años después seguiremos escuchando.
Busquen su bandcamp.

9 de octubre de 2015

Hate Fusion "Filth" (2015)

La reputa que lo parió!
Siete años pasaron desde aquel e.p. reseñado en el blog, y la espera no valió la pena...porque no la hay. Valió la adrenalina y el vértigo, que chorrea a raudales de este pedazo de disco que podría servir tranquilamente como banda de sonido de las últimas masacres ocurridas en el "gran" país del norte, hace pocos días atrás.
Y el título del disco no le hace honor al contenido, para nada. El sonido es limpio y permite escuchar cada instrumento en su plenitud, perfectamente ajustados y balanceados.
Evidentemente, hay dos frentes que se entrecruzan en cuanto a la relevancia: las voces y las violas, que compiten para destrozarnos lo poco de sanidad que nos queda.
Pero no es solo eso, porque la sección rítmica es impresionante la química que vomita, y casi sin darte cuenta estás moviendo la cabeza y el pie, siguiendo el ritmo de cada uno de los 10 mazazos que nos esperan en el primer larga duración de los tucumanos.
Suena muchísimo mejor que aquel e.p., y mucho más dinámico, sobre todo con variaciones en las voces, que te pasean desde el grito cuasi hardcore, al metal incandescente y hoy por hoy eterno de At The Gates, hasta la podredumbre gutural del death puro y duro.
Pero no todo es agresión, porque hay canciones que bajan las revoluciones y aparece una melodía increíble que juguetea entre las dos violas, y le da lugar para que el Groove del batero se luzca, sonando potente y profundo ("Under", por ejemplo).
¿Alguien se acuerda de cuando In Flames sacaba discos imprescindibles? Yo me acuerdo, eso fue ya hace más de 15 años. Pero Hate Fusion está más cerca de la vertiente de los otros suecos imprescindibles, At The Gates, y de la integridad musical de Dark Tranquility, sin ese gusto por la experimentación y los toques electro con los teclados. Y tienen en su ADN actual algo de los pioneros ingleses Carcass, sobre todo la de los discos más melódicos, que venían a toda velocidad y bajan para meter unas melodías tremendas...melódico y extremo, perfecto, pero sin olvidar una hermosa dosis de thrash!
Decía de la actualidad de la banda, y hay que decir que los nuevos integrantes: el vocalista Fernando Nanni continúa en voces (y hace un laburo descomunal y versátil, reitero), demostrando una evolución en su arte que mete cagazo; la sección rítmica cambió, entrando Germán Gómez (batería) y Pablo Lamela Bianchi (bajo), de los Random, y Ramiro Rodríguez y Federico Cano en guitarras. Hay un par de invitados a destacar, el vocalista de Climatic Terra James Wright en el tema que abre el disco, y una institución de la música extrema argentina, Wata, actual líder y vocalista de Matan S..A. (ex Pandemia), en voces para el tema "Under".
El laburo que muestra este disco es realmente impresionante, destacando personalmente lo logrado por esa bestia tras las perillas que es Ramiro (varios deberían prestar atención a la profundidad de cada uno de los discos que graba)
Si querés metal en serio, y te aburre el power y el Heavy clásico repetitivo de esos clones que escucharon solo discos del estilo, acá tenés una banda a la que hay que prestarle atención en serio. Una banda que evidentemente hace lo que le gusta y no lo que la gente quiere escuchar.
Y eso se agradece profundamente.
Suciedad para todo el mundo, carajo!
P.D.: este domingo presentan el disco...allí estaremos!

4 de octubre de 2015

McClelland Frog Morton on the Town, en una Capitol Apple Bent

No es la primera vez que lo fumo, pero no lo conocí hace tanto. De hecho, tuve que preguntar el tabaquero de confianza (atte. Gerardo Benz y su Tabaquería), porque no conocía ni la marca ni el blend. También busqué en muchas páginas especializadas para saber de que iba el blend, y me decidí entre varios.
La pipa si tiene sus años, y la gané (compré) porque pude llegar un poco antes que mi amigo, quien también la había visto.
Aparte, ¿cómo resistirse a un tabaco cuyo nombre viene directamente desde La Tierra Media, producto de la mente de un escritor de la hostia y encima fumador de Pipa. Así es, el nombre refiere a un lugar ubicado en La Cuaderna del Este de La Comarca. Hermoso.
Lo primero que tengo que señalar es la presentación, a la que no estaba acostumbrado: una lata de 50 grs., con una tapa plástica que cierra a presión y que conserva perfectamente las características del tabaco. Al tacto parece ser excesivamente húmedo y aceitoso
Los colores son oscuros, desde marrones hasta esos tonos casi negros de la latakia, y algunas hebras de tonalidad apenas doradas.
Al olfato, ni bien se abre la lata, aparece un aroma intenso, ahumado pero sutil, que hace suponer un golpazo adormecedor de la latakia, pero nada que ver una vez iniciada la fumada. Veamos la composición del blend: según la lata es una rica mezcla del más fino Basma, más la consabida Latakia, y un exquisito virginia.
 Pero, antes de seguir escribiendo, ¿Qué es el Basma? Ya que no sabía, recurrí a esa fuente inagotable que es la red, y encontré datos interesantes: aparentemente es el mejor tabaco aromático del mundo, oriental, de hojas muy pequeñas, resistente a la sequía y a las tierras de mala calidad. Es una de las tantas variedades que están dentro de eso que leemos en los blends como Orientales.
Ahora, volvamos. El corte es ribbon y carga perfectamente en la cazoleta. La combustión es pareja y relativamente lenta; supongo que por esa humedad presente pero que no interfiere para nada en el disfrute de este tabaco. De hecho, no es necesario reencender
La primera parte de la fumada puede que resulte la más cercana a un latakiado, con mayor presencia de este factor, pero sin restar el toque dulzón. De hecho, a medida que se avanza en la fumada, hay una mayor presencia del toque dulce, con un humo delicado, como aterciopelado, y para nada invasivo, cediendo también la humedad, y logrando esa cuestión delicada que lo hace ideal "para una noche en la ópera".
En el final de la fumada se siente otra vez la fuerte presencia de el tabaco oriental y la latakia, pero con una presencia nicotínica baja.
En este sentido, y si bien la pipa elegida es de tamaño medio, no es un tabaco fuerte, por lo tanto no quedaría mal una carga grande, como para empacharse (jejeje).
La nota de ambiente que deja es increíble y para nada invasiva, de hecho se perciben notas a frutos secos y a maderas.
Para finalizar, la ceniza es entre tonos grises claros y oscuros, con aromas bien secos.
Un tabaco espectacular, para tener siempre a mano.
P.D.: si bien no soy un entendido en los maridajes, pero de las veces que lo fumé, va muy bien tanto con café como con un buen té negro.
No lo dejen pasar.

27 de septiembre de 2015

Stanislav & Samuel Gawith Scotish Autumn Flake (Four Season's Series), en Peterson "Donegal" Rocky

Le estuve dando vuelta a la elección del tabaco esta noche. No sabía si fumar algo latakiado (cada vez me gustan más estos tabacos) o un neutro (ya estaba descartado el aromático).
Al final me decanté por este flake que es una maravilla realmente; el punto justo de humedad, fácil de cargar sin tener que desmenuzarlo, y un aroma increíble al abrir la lata.
Estamos frente a un virginia flake puro, sin aditivos y perfectamente balanceado. Para los que no están habituados a estos términos, el flake es un tipo de corte de tabaco que se presentan en láminas finas cortadas de una "torta", y que preservan la humedad y demás cualidades del tabaco, produciendo una fumada de combustión lenta y muy agradable. El problema es que si uno no le agarra la vuelta, suele ser un tabaco difícil de mantener encendido, y por lo tanto, incómodo de fumar.
Si bien hay muchos que lo desmenuzan, yo luego de varias recomendaciones de fumadores con más años y algunos tutoriales de YouTube, elijo cargarlo sin desmenuzar, para que la fumada dure más y se aprecien mejor las características del producto.
Pero vamos al tabaco: a la vista aparecen en las láminas vivos colores en la gama de los marrones, sin llegar a tonos oscuros
El aroma es profundo y penetrante, pero absolutamente agradable, y evoca claramente el otoño plasmado en la presentación de la lata, incluso con notas aceitunadas y cítricas/ácidas en nariz.
El sabor es interesante como se desarrolla.  Al inicio de la fumada es más bien seco, con notas terrosas y acres, pero una vez que adquiere la temperatura crucero, se torna dulce, sin ser empalagoso, con un pequeño toque de miel, y un humo aterciopelado que no invade nunca la boca y se va poniendo -paradójicamente- cada vez más fresco.
Al ser de combustión lenta, ya sobre el final, aparece una pequeña cuota de humedad, que no entorpece la fumada, pero que hace que levante un poco de temperatura.
En relación a la nicotina, no tiene mucha presencia, y eso a esta altura de la noche se agradece (jaja!), por lo que, si bien lo estoy fumando en una pipa más bien mediana, no habría problema en fumarlo en una pipa de mayor capacidad, preparándose eso si, para una experiencia larga.
Al finalizar, en la pipa queda presente bastante humedad (con un pequeño tapón que no es fumable), y la ceniza es prácticamente blanca y sin ningún tipo de grasitud.
Para los amantes de los Viginias, es un tabaco muy bueno, de esos que uno dice "es para tenerlo en stock, cosa que no falte".
P.D.: mientras disfrutaba de la fumada, escuchaba el nuevo de My Dying Bride, ya llegará la correspondiente reseña.

26 de septiembre de 2015

Shape of Despair "Monotony Fields" (2015)

campos
Pasaron 11 años desde aquel increíble "Illusion's Play" (2004), y la espera valió la pena y la tristeza, la desolación que exudan estos finlandeses que cada vez que se dignan a inundar el mundo con su arte, dejan a varios sin poder siquiera respirar.
En los primeros 3 temas, ya llegamos a los 32 minutos, arrancando por climas opresivos, y profundos como una ciénaga, hasta dar con algunos tonos...como decirlo, luminosos y extremadamente tristes.
Siempre se les endilgó a los cultores de este subgénero, la monotonía y lo aburrido que podría llegar a ser, pero nada de eso es cierto, sobre todo si tenemos en cuenta que esta banda es una de las fundamentales del Funeral Doom, y que son de la fucking Finlandia, que parece tener un arsenal de músicos dispuestos a atacar por donde sea nuestras mentes, y dejarlas desechas a base de cuanto género extremo se les ocurra.
Puede que por momentos aparezcan pinceladas del viejo y querido Romantic Doom, sobre todo gracias a las bellas intervenciones (aunque no por eso menos tristes ni melancólicas) de Natalie Koskinen.
Pero no nos engañemos, todo es desesperación y vacío en sus diversas formas lo que propone Shape of Despair, y cuanto más cerca de la muerte nos arrastre sus sonidos, tanto más parecemos disfrutar, acaso porque es la muestra simple y dura, de que todavía no estamos muertos....o al menos eso nos gusta creer.
Increíble lanzamiento

15 de septiembre de 2015

Blut Aus Nord "Sect(s) (2011)

sectas
El inicio de la trilogía negrísima de los franchutes, en donde los vaivenes por las diferentes influencias de las que hacen gala te deja prácticamente sin aire.
No llega a ser tan opresivo como otros lanzamientos, pero no es música alegre.
Arrancando bien arriba, con un black metal bien jodido, a pura velocidad y con guitarras disonantes que los acercan a esos experimentos industriales de años anteriores, con percusiones que se van enlenteciendo, y te van aclimatando para lo que vendrá, de la mano de el epítome 1: "Nada sabrá preceder el eco de Dios, el gran mal que se encierra en el flujo de los tiempos"
Ya para el epítome nº2, la cosa se pone más lenta, oscura, opresiva e industrial, como si los Swans se hubiesen enojado muchísimo, y lo único que pudiesen escupir en nuestros oídos fuese "Una fuente que preserva su luz lejos de la vida, una abstracción suprema que deja a los dogmas de los tiempos crear su propia ilusión, creer su leyenda y su enemigo"
La cosa se pone cada vez más retorcida y lenta, como si de golpe nos hubiesen arrojado a un pozo de petróleo, y nuestro esfuerzo por escapar de eso y la desesperación por no poder hacerlo fuesen el momento de goce supremo de los Blut, que mientras tanto nos cuentan que "El acceso (a algo mejor) , la conscupiscencia y la devoción como las únicas reglas de no existencia"
El tema más extenso, el 4, sea tal vez el más asfixiante de los 6, y el punto medio del disco, a partir del cual el "relax" industrialoso da paso nuevamente a un black industrial deforme, no sin antes contarnos "La gloria de los padres del hombre, de los falsificadores que inyectan la sangre de los santos", y que "Los orígenes son múltiples, ellos proliferan y siembran los segundos de miedo y de duda que acompañarán a los muertos hasta las puertas de la nada" (Epítome 5).
Ya para el final, cuando la luz se topa con una pared infranqueable de mala onda e hijaputez, cuando creemos haber entendido la cuestión y la palabra misantropía y desprecio tienen otro sentido, tal vez nuevo -o no-, estos tipos bajan las revoluciones, meten un laburo climático jodido, como acompañando su hermoso y fructífero mensaje final: "Ellos morirían bajo el peso de los siglos, en la redención, ellos morirían implorando. Dejando un último perdón escapar y luego resonar en la confusión de los tiempos sin comprender exactamente el pecado"
Interesante, ya que estos tipos en general, generan confusión, no tienen esas estructuras fáciles de escuchar que nos remiten a un estilo en particular rápidamente. 
Estos experimentan como quieren y cuando quieren...y con quien quieren. En este caso, nosotros.
Y en buena hora, está bueno ser conejillos de indias, ratones de laboratorio de estos científicos de la misantropía.
Un trabajo increible, lapidario.

13 de septiembre de 2015

Three Year Matured Virginia Dunhill, en una Rossi Astoria

Un verdadero placer esto de elegir que tabaco vamos a fumar y en cual pipa.
En este caso un obsequio de una amiga y colega recién llegada del viejo continente.
La elegida es una pipa muy especial, fue la primera que tuve, y llegó casi acompañando a mi hijo Lucas, de manos de mi padre Lucas: una Rossi Astoria, con boquilla de carey, pequeña, ideal para degustar un tabaco nuevo.
Lo primero que hago es atender a lo que me dice el olfato apenas abierta la lata: profundamente aromático, frutal y cítrico.
Ahora la vista, y lo que me informan esos dos globos en conexión directa con mi cerebro, son los colores: una variada tonalidad de amarillos (algunos más claros y otros mas oscuros), hebras amarronadas y rojizas se entremezclan con muy pocas de tonalidad más oscura, de un marrón bastante más oscuro. La guía internacional más completa de la web tobaccos reviews dice que este blend está compuesto por Red Virginias maduros y hojas de Orientales, suavemente aromatizadas por una mezcla de esencias frutales, siendo un blend histórico de la firma discontinuado en el 2007, y relanzado este año.
Al tacto, el tabaco viene un poquito más seco a lo que estoy acostumbrado en esta marca, pero la carga es muy fácil en la pipa elegida, y quema perfectamente; de todas formas hay que andar con cuidado porque si se lo apura mucho, levanta bastante temperatura.
Al paladar es bastante agradable y suave, y para nada empalagoso, como muchísimos aromáticos que se exceden en el proceso de añadir esencias.
Un vez que alcanza la temperatura ideal, el sabor del Virginia es pleno, ocultando esas esencias florales, aunque dejando un leve toque cítrico al fondo del paladar y un aroma (no sabor) frutal en el ambiente.
No desprende casi humedad, y eso es algo que se agradece, sobre todo al fumar en una pipa que es corta y recta, ya que podría estropear directamente la fumada.
En el último tercio de la fumada, el tabaco no pierde sus características sino que aflora un poco más el tabaco oriental dejando un leve picor que no es para nada agresivo, y sin que esté esa molesta acidez que casi indefectiblemente aparece en los aromáticos...pero claro, estamos frente a un Dunhill, que junto con los tabacos Peterson y los Samuel Gawith, son de lo mejor que hay actualmente en el mercado a nivel internacional (y metería también a los tabacos Sentimiento Nacional del blender argentino Antonio Petti).
Una vez finalizada la fumada, puedo decir que tiene una nada despreciable carga nicotínica, y deja un gusto perdurable en boca y un aroma agradable alrededor nuestro. La ceniza es entre blanca y gris, y sin una pizca de grasitud, lo cual indica que estamos en presencia de un gran tabaco (hagan la prueba de la ceniza con un cigarrillo y me cuentan la diferencia.

12 de septiembre de 2015

Downfall of Nur "Umbras de Barbagia" (2015)

escuchar
Madre santa, ¿¡este guacho que hace todo en la banda tiene 19 fucking añitos?!
"Banda" relativamente nueva, desde Valeria del Mar, nuestro país, grita al mundo su  melancólica ira blacker.
Antonio Sanna (nacido en Italia), conocido como A. es el encargado de deleitar los oídos de un servidor, rememorando aquellas viejas glorias del Black Metal, que sonaban frías, tristes, y al mismo tiempo poderosas y melódicas.
La melancolía que colorea cada una de las extensas composiciones hace que sea más disfrutable, cuando ya la intensidad de los helados riffs nórdicos no te deja respirar, hay un rebaje y emergen teclados que te arrullan y te llevan de paseo por los restos de una antigua civilización que se ubicaba en la isla de Cerdeña, 1800 años antes de cristo.
El disco consta de 5 temas, donde el más breve es la intro, de menos de 3 minutos, y el más extenso de casi 18 minutos, constituyendo una obra enorme donde queda plasmada desde la edad dorada hasta la caída de dicha civilización.
Las influencias fluyen desde los clásicos blackers, hasta las mas modernas Agalloch (sin llegar a sonar tan refinados, sino más bien rústicos), Wolves in the Throne Room y esas bandas que no temen desplegar sonoridades folkies.
 A. se encuentra acompañado en las voces por Daniel, vocalista de In Element, y está de más decir que el trabajo es soberbio.
Un disco increíble, de acá nomás, y que ya dio mucho que hablar en muchos medios especializados, y que revaloriza a una escena que cada vez da mayores muestras de no necesitar de esos caudillos siempre presentes y dispuestos a decir lo que es el "verdadero metal".
No se lo pierdan, es una joya.

2 de septiembre de 2015

Cradle of Filth "Hammer of the Witches" (2015)

sucio15
Otro disco de La Mugre...¿por qué debería ser noticia? Si desde hace años que no hacen otra cosa más que editar pedazos de plástico pre-digerido para adolescentes que se estupidizaron con la serie Crepúsculo, creyendo que eso eran los vampiros.
Creo que les perdí el rastro seriamente allá por "Midian"...y el respeto definitivo en esa mierda inservible y mortalmente aburrida y patética de "Midnight in the Labyrinth", uno de los esfuerzos más burdos por estafar a los oyentes del que yo tenga memoria.
Pero durante la escucha poco atenta, empiezo a reconocer ciertos riffs y ciertos climas que no estaban allí y ahora se presentan, recordando felizmente a las mejores épocas de Dani y sus sucios amigos.
¿Cuáles épocas? Aquellas que llegan justamente hasta "Midian".
De hecho se podría hablar hasta de auto-robo, porque muchos riffs recuerdan a canciones específicas, como "Enshrined in Crematoria", cuyo comienzo remite a esa gloria del año 1994 llamada "The Black Goddess Rises", o letras sobrecargadas y barrocas que linkean a aquellas historias de antaño, y que son un guiño para los antiguos seguidores ("Right wing of the Garden Triptych"), esos que progresivamente los abandonaron.
Pero no solo están los riffs, también están esos juegos góticos lentos que le dan un clima vampírico hace tanto tiempo perdido, y las hermosas violas gemelas más clásicas que nunca.
Hasta la censura volvió, rechazando la portada del disco, y generando revuelo unos días antes del lanzamiento del disco.
Me pregunto entonces ¿que carajo pasó? Y revisando varias páginas web, aparece una posible respuesta: no quedó nadie de "The Manticore and others horrors" (2012), con excepción de Marthus (baterista y tecladista así como productor de este último) y el sesionista y actual miembro "estable" de Daniel Firth en bajo. 
Y la sangre joven se nota, así como la necesidad de volver a las grandes canciones. Ojalá esto sea el nuevo comienzo de la suciedad.

15 de julio de 2015

Pink Floyd "The Endless River" (2014)

Como le vengo dando vueltas a este disco, la puta madre.
Y sigue dando vueltas en mi cabeza por una gran cantidad de factores que no puedo separar de forma objetiva: adoro visceralmente a los ingleses, sus discos me parecen obras de arte increíbles y no simples sonidos grabados.
Cada uno de sus discos tienen un lugar en mi memoria, en mi discografía, y cada uno de ellos me provoca sensaciones y sentimientos distintos: desde la euforia, la sorpresa, la profunda tristeza ("The Final Cut"), la adrenalina y la profunda convicción de estar frente a uno de los grandes hitos del arte y la cultura universal de todos los tiempos ("The Dark Side of the Moon").
Incluso aquel "The Division Bell" (1994) tiene un lugar, más allá de que no es una necesidad casi física escucharlo de vez en cuando, como con todos los demás.
Y he aquí el problema. Está la guitarra de Gilmour, única, con esos sonidos que son fácilmente identificables, y esa calidez que tanto gusta....y nada más.
Por algo quedaron fuera del disco del 94...y por más jugueteo que haya entre teclados y guitarras recreando -o pretendiendo hacerlo- aquellos trips históricos que conmueven y se transforman en parte de la historia de quien escucha el disco en cuestión.
Eso es algo que las bandas históricas tuvieron y tendrán siempre: no importa que el disco haya sido editado hace más de 4 décadas, no son discos viejos. Ejemplos hay de sobra, tanto en la discografía de los Floyd como de tantos otros (Miles Davis, John Coltrane, Led Zeppelin, Black Sabbath, David Bowie, The Beatles, etc), y cuando uno se topa con una edición importante, puede llegar a pagar sumas considerables por ella.
Pero en este caso, con 19 composiciones que no son tales, en 50 minutos, y a un precio por el cual podríamos obtener una edición remasterizada de cualquiera de sus discos (o un tercio del precio de alguna de las cajas Immersion set), suena a estafa. 
Y lamentablemente no puedo, me niego a pagar ese precio por un rejunte de tomas dejadas en su oportunidad de lado, solo para tener lo último de Floyd. Esto no es lo último, esto es una broma de mal gusto, y para esquivarla mejor me voy a escuchar "Wish you were here".