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Banda fundada a finales de la década del '70 (Siglo pasado) con un montón de integrantes que fueron y vinieron, con dos miembros permanentes y fundamentales: Jaz Coleman (voces, teclados y arreglos varios) y Geordie Walker (guitarras). Otros integrantes pasaron por bandas igualmente influyentes de estilos tan diversos como Prong, Swans o Ministry.
Otra particularidad más que interesante es que no solo son músicos sino que se dedican a la producción: baste como ejemplo ese cerebro enorme de Jaz Coleman quien produjo ese tributo espectacular a Pink Floyd de la mano de la London Philarmonic Orquestra, y considerado como uno de los mejores tributos a los ingleses (considerado por mi, por supuesto).
Asimismo Coleman es compositor residente de la Sinfónica de Praga (y trabajó para muchas otras agrupaciones clásicas). Un capo el tipo, creo que comparable a ese otro monstruo fundador de Godflesh, Napalm Death y Jesu: Justin Broadrick.
Justamente, Godflesh tomaron mucho de la intensidad de esta banda en sus comienzos, aunque lograron sobrepasar con creces el nivel de intensidad y pesadez de los Joke, que aún hoy tienen algo que muchas bandas de los '80 tenían y las de ahora no: un estilo personal e inimitable, un sonido particular reconocible en cualquiera de sus canciones.
Acá los dejo entonces con una de las mejores bandas escupidas por el Post-punk, una de las más politizadas y apocalípticas; junto con este, su penúltimo disco (uno de los más enojados e intensos de Coleman y cia.)
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