25 de noviembre de 2014

Blood Ceremony "The Eldritch Dark" (2013)

ceremonya
Y hoy estamos retro a full. Hay una movida que emergió hace no mucho tiempo que rescata sonidos vintage de fines de la década de los '60 y mediados de los '70, para centrarse en canciones prácticamente perfectas, sin que la novedad del estilo sea algo que importe verdaderamente.
Entre ellas, los canadienses Blood Ceremony se destacan como uno de los pioneros de la movida retro, siendo este ya su tercer disco, repleto de canciones deudoras de aquellas joyas ocultas que nos arrastran más de medio siglo hacia atrás, y por qué no, a otros mundos, en donde la magia (negra) aún flotaba en el aire.
Y la propuesta de la banda es justamente esa, llevarnos a ese mundo extraño donde los sueños se confunden con la realidad y solo importa no perderse en bosques encantados...o mejor aún, perderse para encontrar antiguos dioses de los bosques, que nos conducirán a cambio de algo.
Sonidos antiguos, canciones breves y sumamente simples e hipnóticas, construidas artesanalmente por: Lucas Gadke (bajo, voces -en "Lord Summerisle"-); Alia O'Brien (flauta, órgano, voces); Sean Kennedy (guitarras y letras) y Michael Carrillo (batería), siendo este último el puesto de mayor inestabilidad en la banda.
Referencias para hacerse la idea de frente a que nos enfrentamos cuando pulsamos play: Jethro Tull, Black Sabbath, Lez Zeppelin, Blue Öyster Cult y Uriah Heep....sonidos mágicos señores para los amantes de la música.

24 de noviembre de 2014

Hail Spirit Noir "Pneuma" (2012)

rarooooo
Definitivamente los resultados de la experimentación brindan discos tan perturbadores y zarpados que dan ganas de quedarse eternamente pegados a los formatos más cercanos a la inconsistencia y más abstractos posibles, sobre todo si lo que buscamos es sorprendernos.
Y estos griegos se las traen.
Con influencias tan disímiles como sonidos teatrales, Black Metal del más clásico y la vanguardia musical de gente gente como -por ejemplo- Solefald, asociados a la literatura de horror más clásica, en escasos 37 minutos escupen su deformidad primera al mundo, y nos (me) dejan con la boca abierta pidiendo mayores referencias.
Parece mentira, pero son tan deformes y al mismo tiempo melódicas las canciones, como oscuras las imágenes que invocan casi al descuido, dejando que seres malignos se cuelen e inunden las creencias que hasta ese momento eran inconmovibles.
Guitarras que se pasean desde el frenético black hasta las estructuras hipnótico psicodélicas made in '60, con punteos de esa modernidad infecta que tanto odian los puristas y arreglos por momentos tan cercanos al Jazz que sorprenden y paralizan, sobre todo cuando unos colchones de teclados nos acercan al Pink Floyd de "Meddle", algo que muchas bandas black parecen haber descubierto como fuente inagotable de tensión.
Canciones relativamente breves que desarrollan una idea rápidamente, bajo los signos del vértigo....hasta que aparece esa estrella brillante llamada "Into de Gates of Time", que amerita la escucha del disco por si mismo, y en donde están contenidas todas las ideas, las tensiones opuestas y la capacidad de confrontar diferentes estilos como si se estuviesen sirviendo un café simplemente.
Un trío: Theoharis (guitarras y voz líder); Haris (teclados) y Dim (bajo y guitarra acústica). A ellos se suman dos sesionistas en voces y batería, logrando algo verdaderamente único y...tengo miedo de decirlo...innovador.
Pero...¿qué es lo que hacen? preguntará el incauto y no iniciado.
Muchas veces es mejor no preguntar, sobre todo si no queremos enfrentarnos a la terrible realidad de que las formas estallaron y las etiquetas hace años que dejaron de servir para algo más que para llenar hojas de papel inservibles o postear algo que no hace sino cuestionar la tranquilidad de nuestras mentes al decir "lo mío es el metal".

Blut Aus Nord "The Work Which Tranforms God" (2003)

sindios
Como para variar, de lo nuevo pasamos a lo viejo, y nos vamos casi 12 años para atrás en la historia de los franceses Blut Aus Nord.
Sabemos que en sus orígenes hacían un Black Metal bien a lo noruego, y que hoy por hoy se dan el lujo de hacer lo que les venga en gana. 
Pero ya en "The Mystical beast of Rebellion" (2001), algo pasó en la cabeza de estos muchachos que se tornaron más densos, y empezaron a salirse del molde y lo típico de su arte.
Y es en este disco, que le sigue rápidamente a aquel, que se van literalmente al carajo, metiendo influencias industriales que después explotarían sabiamente en lanzamientos posteriores.
Y no solo eso, las influencias de las corrientes más vanguardistas asociados a lo extremidad blackers, expande los límites exponencialmente generando un arte difícil de interpretar y de engancharlo con algo salvo con una maldad y una oscuridad intrínseca y absoluta.
Los polos se mezclan y generan una tensión que impacta en el cuerpo...adrenalina y taquicardia, incomodidad que puede traducirse en angustia o lo que sea...eso es Blut Aus Nord.
Desde el vamos, un disco que arranca por el final ("End"), algo amorfo y bien ambient, para dejar entrar al coro de los muertos, en lo más parecido a la extremidad primigenia, sin dejar de lado esa sangre negra e infecta, rezumante de petróleo y lodo, que tan común se tornara en sus posteriores lanzamientos.
"Axis" no se queda atrás en eso del vértigo y la violencia, pero se hace evidente, por lo menos para los franceses, que las guitarras chirreantes y filosas no son suficientes para enrostrarnos que la decadencia de este nuevo siglo no sigue los parámetros medievales y/o antiguos, sino que es más amorfo y oscuro, más alejado de lo concreto y más cercano a lo tangible de la angustia por eso que nos atraviesa y nos transforma, por qué no, en un bicho horrible que rechaza toda similitud y empatía con nuestros congéneres.
"Metamorphosis" es en este sentido, tal vez una declaración de principios y un muestreo de los parámetros a seguir por Vindsval y los suyos a lo largo de los años, siendo posiblemente lo más opresivo de la placa juntamente con esa masa de payasos muertos que cierra el disco de la mejor forma.
No solo hay cada vez más disonancias y climas enrarecidos, sino que las voces tortuosas que invitan al rechazo se cuelan en tu cabeza para decirte que nada bueno puede salir de esto, con percusiones acaso tribales, de una raza de extraterrestres que odia a la humanidad.
Es en este punto de desprecio y densidad que veo el lazo que los une a esos monstruos cuyo retorno festejo, esta vez desde Inglaterra, los geniales Godflesh.
Un disco impresionante que abrió la puerta a la experimentación no solo de estos músicos, sino del que escribe, que a partir de aquí busco en este tipo de lanzamientos, en su ética y estética, la forma de disfrutar la decadencia de nuestro mundo, con una banda de sonido acorde.

23 de noviembre de 2014

Behemoth "The Satanist" (2014)

sathan
Mierda con el 2014!
Un año tal vez mejor que el 2012 en lo que respecta a discos increíbles y sorprendentes. Y el de los polacos no se queda atrás para nada.
Recuerdo la reseña del Conde Garfield de aquel "Evangelion" (2009), cuando había sido diagnosticado con leucemia Nergal y no se sabía nada acerca de si la banda continuaría o no. En esa reseña, Conde casi suplicaba que haya más discos de Nergal y compañía.
Y, 5 años después, la súplica parece haber sido escuchada por Lucifer, quien obró en consecuencia, inspirando a esta horda de artistas que le rinden culto.
Se impone, de alguna forma compararlo con ese pedazo de culto eterno que es "Evangelion", acaso una colección de las mejores composiciones de Nergal, y "The Satanist" no se queda atrás...
Pero...siempre hay un pero. El disco me suena a corto, más allá que sea un poquitín más largo que el anterior. Y faltan "hits", si se le pudiese pedir esto a Behemoth, que se te incrusten en la cabeza rápidamente.
El inicio no podría ser mejor, desesperante y blasfemo como pocos, logrando incluso matices que no había antes, de la mano de orquestaciones que si bien parecen a primera oída luminosas, son de una oscuridad inaprensible, que generan tensión por donde se lo mira/escuche.
"Messe Noire" es casi un midtempo donde salen a relucir todas las sutilezas de las que Behemoth es capaz, y la letra una clara declaración de principios...como si acaso hiciera falta que Nergal proclame sus creencias y suena a novedad.
Si queremos más blasfemia, péguenle una escuchada a "Amen" y prepárense para que un nuevo proceso judicial ataque a Nergal en la católica y fascista Polonia.
El tema que le da título al disco creo que es el más rokero y relajado, entendiendo eso desde la óptica de la banda por supuesto, incluyendo hasta un sentido solo bien hard, herencia directa de Eddie Van Halen seguramente.
Si bien sigue sonando súper ajustado y extremo, es a mi parecer, un disco que respira más, más relajado, y por eso mismo, transmite una malignidad más punzante y menos cinematográfica que "Evangelion".
Hasta que llega el cierra del disco, con esa otra joya atemporal titulada "O Father O Satan O Sun!, la más extensa de la placa, la más dramática de las 9 canciones del disco, y que sirve perfectamente para coronar otra obra maestra que nos tendrá disfrutando por años.
Un disco increíble de una banda única.

Hijo de la Tormenta "Hijo de la Tormenta" (2014)

Nos "relajemos" y viajemos con esta bonita pieza musical a cargo de estos compatriotas, que bajo el clásico formato de trío nos pega un mazazo en las bolas con música volada, melódica, melancólica, mugrienta y psicodélica, con un vuelo compositivo extrañamente contundente para un debut.
Sigo subrayando lo genial del surgimiento de bandas que no dependen para nada de esos iconos de la historia metalera argentina (llámese Iorio, Hermética, V8, Horcas, Logos, Malón y etc), y que hace también que la escena de la música pesada argentina sea bastante saludable y heterogénea.
En este caso, estamos como ya dije frente al debut del trío cordobés...y pavada de debut, hijos de puta.
Se nota que tienen una química impresionante, logrando climas que atraviesan y generan todos los estados de ánimo imaginables.
Desde la calma desértica e hipnótica del arranque del disco, con un hermoso tema de casi 10 minutos, "Viaje de Ida/Viaje de Vuelta", que a la vez recuerda -no copia- a esos cuelgues de Los Natas, pero que no se extiende eternamente, sino que van generando una tensión, pacientemente, con acordes y arpegios, y pequeñas pinceladas percusivas, que de repente explotan en un ataque oscuro y violento, arrastrándose ya no en arenas secas, sino en un lodo deforme que te succiona el alma y la reemplaza por algún ente que disfruta de la podredumbre que parecería no tener que estar allí, y que altera nuestra percepción del entorno y nuestro propio interior: "...el cielo era rojo y purpura, me fui aceptando un perdón que nunca quise...obligado a reflexionar, que dejaremos atrás las imágenes de dolor...y olvidaremos..."
Podredumbre sin concesiones y violencia sludge es lo que nos depara "Dilusiva", que en un mundo radiofónico ideal sería la banda de sonido para algún relato breve pesimista de Philip Dick, esos en donde la metafísica se funde con la ciencia ficción para crear paisajes desoladores y fantásticos al mismo tiempo, en donde todos dudamos de nuestra cordura o disfrutamos de la locura inducida por algún tóxico que bien podría ser estos sonidos: "Sueños raros anoche, hoy no me puedo ni despertar, bañado en sudor y paranoia, duda, frustración no quiero, no puedo, no me interesa...no me acuerdo, deseo que al final no sólo sea diluirme en el mar...espero que al final no sólo sea diluirme en el mar..."
Y si, por momentos la sutileza stoner psicodélica se abre camino entre la mugre sludge, como una poción mágica que dura poco y hay que aprovecharla para respirar sin temor entre el ácido que nos circunda y que nos podría dejar reducido a un polvo inerte y olvidado. En esa suite llamada "Desde la Espesura", pasan de un extremo a otro, y muestran como si hiciese falta a esta altura del disco, que no solo de mugre se alimenta este Hijo de la Tormenta, sino también de esos sonidos arrastrados y tristes/melancólicos, casi floydeanos que tan bien saben usar por ejemplo, Earth y esa camada de bandas experimentales.
"Sierras del Paimán" es, tranquilamente, un blues en clave stoner/psicodélico, y funciona perfectamente a modo de rélax, frente a la segunda "suite" de la obra, contenida en los dos temas siguientes "Alienación" y "Desalienación", en donde hay una recreación de una entrevista a Buenaventura Durruti, anarquista español, que muriera al comienzo de la Guerra Civil Española, luchando en el bando republicano.
El disco cierra con "Postales del Fin del Mundo", con voces a cargo de Laura Dalmasso, y que también oscila entre lo pesado y lo psicodélico, con una carga de angustia que me recuerda a esa pieza descomunal de arte contemporáneo llamada "The great Gig in the Sky", de los Floyd...pero con más violencia, más muerte y más eco y reverb por supuesto.
Un cierre perfecto para un debut perfecto...viva la música argentina la puta que los parió.
P.D.: visiten su bandcamp, y escuchen esta maravilla.

Ophis "Abhorrence in Opulence" (2014)

opu lento
Hace un par de años, reseñamos un split de estos alemanes, y la verdad que había sido una sorpresa para quien esto escribe, por el sonido y los climas logrados, dejando un sabor delicioso y esperando por más.
Luego de un compilado, llegó el esperado nuevo lanzamiento, con una mejora absolutamente imposible de pasar por alto en el sonido, no solo respecto de aquel split, sino de las dos placas anteriores.
Un sonido muchísimo más profundo y opresivo, casi cercano al funeral, pero tan limpio que deja escuchar no solo todos los instrumentos, sino que refuerza los climas, mucho más melancólicos que antes.
¿Eso significa que ya no hay arranques de furia?
Para nada. Lo que pasa es que se toman más tiempo para desarrollar sus ideas, logrando una especie de trance hipnótico, mala onda y bastante hijo de puta, sin escaparle a pasajes calmos y de una belleza inusitada, sobre todo de parte de esos dos violeros que cada vez demuestran más sensibilidad.
Eso si, las partes violentas, son más violentas que antes, sin que se pierda de vista la idea general ni el estilo en particular.
Podría decir que de las canciones mas conmovedoras elijo "Among the falling stones", que tiene una sección intermedia relajada, más cercana a los clásicos como My Dying Bride, que es sencillamente hermosa, con una carga emotiva de tristeza y melancolía que te aplasta y casi no te deja respirar. Pero sería injusto, porque en realidad es un DISCO, compuesto por 5 canciones extensas, que llegan -juntas- a la hora de extensión del disco, y que resulta importante destacarlo, se diferencian entre si.
Un disco oscuro, denso, no adecuado para neófitos, pero sumamente recomendable para los que disfrutamos de los sonidos y las angustias, para los que nos regodeamos en nuestras propias miserias y hacemos alarde de ello.

22 de noviembre de 2014

In Flames "Siren Charms" (2014)

No solo anduve escuchando buena música en sus diversos formatos y estilos (Death, doom, stoner, Heavy, Thrash, Progresivo, Black)...también me topé con basura igualmente descomunal.
Estoy molesto conmigo mismo, sobre todo porque de alguna forma le sigo prestando atención a estos suecos que hace más de una década que no hacen un disco...no digo genial, pero medianamente bueno y que me sorprenda positivamente.
Y eso, cabe aclararlo, es también culpa mia.
Todavía recuerdo la impresión que me causó ese exceso de adrenalina y vértigo en formato musical de esos discos irremplazables: "Lunar Strain" (1994), "The Jester Race" (1996) y "Whoracle" (1997).
¿Que queda de eso?
Nada, absolutamente nada. Nada de ese vértigo, nada de esas melodías clásicas entrelazadas con riffs extremos...nada de esa pesadez melódica y esa montaña rusa de sensaciones que de forma aparentemente tan fácil lograban trasmitir.
Pareciera como si se hubieran enamorado de esas bandas americanas pedorras New Metal (Papa Roach, Disturbed, Limp Bizkit), y en el mismo camino hubiesen regalado todo el talento para componer uno....un solo riff memorable.
Totalmente olvidable...que suerte que volvió At The Gates, Carcass y que Dark Tranquility nunca se fue.
Una basofia descomunal.

Carcass "Surgical Steel" (2013)

acero
La cantidad descomunal de discos increíbles de bandas que se encontraban separadas o en stand by desde hace años es no solo llamativa, sino auspiciosa.
Una de esas obras descomunales y seguramente atemporales es el "nuevo" de Carcass (y si, ya tiene poco más de un año), que condensa toda su carrera en poco más de 45 minutos y 11 canciones que te patean las encías y las bolas al mismo tiempo.
¿Te gusta la violencia y la melodía de la mano de uno de los violeros que revolucionó el metal extremo en los 80'? ¿Te gusta esa vuelta de tuerca más técnica que apareció con esos dos mazazos titulados "Necroticism: Descanting the Insalubrious" (1991) y "Heartwork" (1993)? ¿O te sentís más cómodo con esos riffs ultrarockeros y repletos de groove de lo que fue el último de estudio hasta ahora?
Bueno, acá vas a encontrar todo eso, en uno de los regresos más esperados de los últimos años, junto con ese mazazo de At the Gates y "13" de La Bruja.
Parece mentira que hayan pasado casi 17 años y sigan tan frescos, violentos y melódicos. Parece mentira que la calidad no haya quedado reducida a una mera parodia de si mismos, pariendo un disco que no solo está a la altura de las circunstancias y de su historia, sino que seguramente va a ser considerado un puto clásico de la música extrema en los próximos años.
Es cierto, no está Ken Owen (por razones obvias) tras los parches...pero hace voces en dos canciones geniales.
Los demás...qué decir: Bill Steer, por si hiciera falta sigue demostrando que lo de él es las música honesta, sea el estilo que sea, y que es uno de los guitarristas más increíbles que dio la historia del metal, con esa mezcla de buen gusto, sutilezas y violencia típica. El "enano" Jeff, sigue estando ahí con su violencia y su sarcasmo tan inglés, demostrando acaso que es el portador del anillo de esta bestia. Y el "nuevo"  Dan Wilding, le hace honor al puesto, demostrando una versatilidad descomunal para llevar adelante una placa que devuelve el sentido que tenía el Death Metal Melódico antes de que aparecieran todos esos clones patéticos...y de que In Flames desbarrancara hacia el largo y profundo abismo de la intrascendencia.
Saludos forenses, valió la pena tanto años de espera.

20 de noviembre de 2014

Nachtmystium "The World We left behind" (2014)

deteneme
Otro disco de la puta madre del loco de mierda de Blake Judd, dejando en claro que las etiquetas están hechas para los imbéciles como nosotros, que necesitamos aparentemente de ellas para poder transmitir en palabras toscas algo de la música que nos gusta, nos interesa o lo que sea.
Lo que pasa cuando el black se mezcla de forma bella y desinteresada con influencias ochentosas es digno de escucharse, sobre todo en estos americanos que no tienen problema en saltar y hacernos viajar con cada canción de década en década.
Un inicio breve e hipnótico, heredero de ese noise de los '80, bien industrialoso y ganchero que condensa rápidamente el alma de la placa, con un riff descomunal que si no se te mueve la cabeza y los pies automáticamente es que tendrías que estar escuchando tan biónica y no a los Nachtmystium.
Riff ganchero + dark wave + retroheavy = "Fireheart", y una declaración de principios que hace honor a la historia de la banda -pero no a su lider-: "...nada en este mundo puede detenerme..."
También hay lugar para el low fi y la magia eterna noruega de las manos de algunas canciones que vienen con unos arpegios limpios ocultos que purifican nuestra renegrida y mísera alma, demostrando que tiene las cosas claras al crear climas que pueden ser corrosivos y violentos, sin verse obligado a abandonar la belleza. Ejemplo: "Into the endless abyss", con teclados que rememoran aquel descomunal "Assassins..." (2008), donde el black y la psicodelia floydeana se daban la mano sin vergüenza alguna y a plena oscuridad del día.
Con "In the abscense of existense" el midtempo y riff inicial remerora al que escribe, aquella canción pseudopop de los dioses noruegos Satyricon, en su última producción, en donde estaban acompañados por Sivert...pero no tan inclinados al pop...solo el aura.
El aura. Algo que Blake siempre tuvo, y del más maligno, en este caso mixado con bases electro extrañas, y guitarras bien disonantes y fáciles de escuchar al mismo tiempo en el tema que le da título al disco y que es una verdadera belleza vertiginosa y épica -tamizado por el sonido de Nachtmystium por supuesto.
Para terminar, un disco que atraviesa y resume de manera perfecta todas las facetas de la banda, dejando la puerta abierta para alguna futura proeza musical.
P.D.: tal vez una de las mejores portadas de la discografía de estos yankees locos.