28 de enero de 2015

Yob "Clearing the Path to Ascend" (2014)

La reputamadre que lo parió!. Este fue uno de los discos que me acompañaron en las vacaciones recientes, en un mix casi perfecto con los 3 primeros tomos de los Cuentos Completos de uno de los autores de referencia para quien escribe, Philip K. Dick.
Y la sensación de estar en otro mundo es similar tanto en la música de este trío como en la literatura del maestro.
Es cierto que ya tienen una historia detrás y que esta es la primera reseña en el blog de la banda que tiene una seguidilla de discos verdaderamente impresionantes.
Si mal no recuerdo, la primera vez que los escuché fue "Elaborations of Carbon (2002), cuando recién salía el "The Illusion of Motion" (2004), y me pareció sencillamente perfecto.
Después los dejé de lado, a pesar de haber escuchado los dos anteriores a este nuevo lanzamiento, es como que no estaba con el ánimo necesario para dejarme llevar.
Pero este disco...repito: la reputamadre que lo parió!
Denso, por momentos opresivo, melódico, colgado y bien trippy, ideal para escuchar por ejemplo mientras caminaba por la playa al atardecer.
El viaje no deja de ser desesperante y bastante místico, sobre todo en los breves momentos introspectivos que nos regalan para poder respirar en cada uno de los 4 extensos temas, que nos pasean por la incertidumbre y el pesimismo, y que paradójicamente, a medida que pasan los minutos se torna más y más introspectivo.
Un disco para los iniciados, difícil pero indispensable. Esto es la evolución de la música pesada, y no la berretada actual de Metallica, Megadeath e In Flames.

23 de enero de 2015

Senegal Grindcore Mafia -single- (2015)

No suelo hacer esto de reseñas de una canción, ya que soy de la idea de que hay que ponerla en contexto, es decir dentro de un disco. No escucho temas, escucho discos.
El problema que se me plantea es que en este caso hay dos músicos del recontra carajo en esta banda que ya son conocidos de los lectores del blog: estoy hablando de Raúl García Posse (guitarrista) y Pablo Lamela (bajista), ambos de Los Random, quienes junto a Germán Gómez (batería) -de Delphoz, otra gran banda tucumana- y Gaspar Rojas de Los Empleados, también de Tucumán, en guitarra, dan "forma" a este amasijo extremo y volátil llamado Senegal Grindcore Mafia, cuya muestra inicial podrán encontrar en su bandcamp.
A la primera oída suena muy caótico, con esa violencia descomunal de Los Random, pero no. Hay algo más, y por ahí hay que tener paciencia y escuchar. Parece simple, pero no, sobre todo por la intensidad  y el vértigo desparramados en estos "escasos" 6'36''.
Lo primero que advierto es mayor libertad sonora, sobre todo teniendo en cuenta que en lugar de una, hay dos violas, por lo que la experimentación sigue estando presente, pero dejando de lado la deformidad de Los Random. En ese sentido me parece un aporte de tranquilidad la otra guitarra, y la diferencia de estilos en los bateristas (de la Senegal y de Random) que aparentemente se deja escuchar en esta composición.
Pareciera que es un pecado decirlo, pero es inevitable comparar con la otra banda (reconozco que no conozco a Los Empleados), y el aspecto abstracto y deforme no está tan presente, dejando lugar a que el tema "respire" y por lo tanto suene más a "canción", entre comillas, ya que si algo se puede decir de esto, es que no es para nada amable, aunque tenga más melodías que mi referencia y punto de comparación (Los Random).
Una nueva banda, muy consistente y con un sonido del carajo. A esperar el disco, parece que vale la pena.

"La Música del Silencio", Patrick Rothfuss (2014)

Porque no solo de música vivo, también soy un adicto a la literatura, y este es un autor relativamente nuevo aunque no por ello menos importante.
Es el autor de esa trilogía todavía en construcción titulada "Crónica del Asesino de Reyes", que ya lleva dos libros publicados, y nos "regala" esta breve novela sin diálogos, sin más personajes que Auri, esa niña/adolescente/mujer que apareciera en la trilogía con una carga de misterio que inteligentemente este libro no resuelve.
Para aquellos que leyeron los dos libros publicados de la saga "El asesino de reyes", sabrán que el misterio rodea a Auri, quien vive en la Subrealidad, "lugar" que no queda muy claro que es ni donde se ubica.
La cuestión es que tampoco queda desculada la cuestión tampoco, aunque es más que interesante como uno se aproxima a advertir en qué momento de la historia principal estamos, ya que Kvothe y Auri ya se encontraron, y ella está buscando un regalo para él; es decir que la historia se desarrolla entre el primer y el segundo encuentro.
Pero...¿si no resuelve algunos interrogantes de la historia, que importancia tiene? dirán los más tontos.
Lo importante es la historia, breve, que desarrolla tan magistralmente Patrick, y que a pesar de él mismo (no la quería publicar inicialmente), es de una ternura apabullante.
A pesar de todos los "no" de la historia, hay algo que queda claro: Auri sabe algo acerca de lo real, del nombre real de las cosas o de su esencia, tal como los lectores de Úrsula K. Leguin saben. Es decir, las cosas tienen su nombre conocido (por ejemplo, un vaso), pero el nombre real del mismo es otra cosa, y Auri parece tenerlo claro, cuando advierte una alteración del clima cuando pone una cosa al lado de otra, y no hay "una buena vibra" (jeje).
Una historia bellísima y tierna, mágica, que es indispensable leer e imposible no emocionarse.

Triptykon "Melana Chasmata" (2014)

El 2014 se fue y nos dejó una serie de discos preciosos, ya sea que amemos lo extremo o lo más relajado.
En el primer caso tenemos un nuevo mazazo en los dientes de los herederos de Celtic Frost, logrando un nivel de opresión y oscuridad acaso superior a su debut del año 2010.
Arrancando con un martillazo en las bolas llamado "Tree of Suffocating souls", un thrash/death/ con espíritu black que inyecta adrenalina suficiente para un rinoceronte...pero que, sin aviso previo, baja las revoluciones y mete un doom más denso que el carajo ("Boleskine House"), con bajo gordísimo y unas violas increíbles, acaso la lectura floydeana de Thomas, alma mater de la banda, acompañado de las sugerentes y melancólicas voces de Simone Vollenweider, vieja conocida de la época de "Monotheist").
El disco se pasea por climas que van de lo extremo y cáustico a lo violento -y lento- del doom más opaco, sin dejar de sonar agresivo en ningún momento.
"Altar of deceit" es la combinación perfecta de oscuridad, black metal abrasivo y clima doom, resaltando la percusión que induce a un trance hipnótico que con -al parecer- poco, se te clava en la cabeza y hace que apretés los dientes, mientras el cuerpo se va moviendo solo como si estuvieses poseído por algún ente que extrae su vitalidad de la maldad del mundo...algo muy parecido a lo que hace Triptykon con su música.
El metal cabeza también parece decir presente con "Breathing", en donde las sutilezas de las tres composiciones dicen chau, y aparece un maníaco de 200 kilos con un bate repartiendo golpes para todos lados, y groove en cuentagotas, a modo de cura para los que añoran esa vertiente menos sutil, siendo este el tema más corto del disco.
"Aurorae" es no solo una de las gemas del disco, sino una de las mejores composiciones en la historia del grupo, con jugueteos entre las violas limpias, los riffs densos y lentos y unas voces torturadas y oscuras como solo Thomas sabe hacerlas, repletas de hijaputez y mala onda, y un sentimiento apocalíptico en las letras que pone los pelos de punta, feeling también presente en "Demon Pact", este último con unos toques industriales que lo tornan si es posible, más opresivo.
¿Hay lugar para el amor, aunque sea retorcido y perdido, entregado a la muerte? También hay lugar pa
Es esa sensación de desesperación, de estar siempre en el límite de la cordura lo que transmite este disco en cada una de sus composiciones, siendo imposible no pensar en ya un proyecto firme y constituído que releve y haga olvidar aquellos feos discos de Celtic Frost.
Para variar, Triptykon otra vez nos regala un arte de tapa digno, que será recordado por años, de las manos del artista ya fallecido H.R.Giger y su serie Mordor, que es casi la esencia visual del disco y la música.
Uno de los grandes discos que nos dejó el 2014.