29 de julio de 2012

Maudlin of the Well "My Fruit Psychobells... A Seed Combustible" (1999)

Muchas de las reseñas que andaban dando vuelta por la web y en las revistas especializadas nunca supieron como encasillar a estos muchachos de Boston; posiblemente nunca entendieran lo que iba produciendo la música dentro de las categorías que tan cómodos nos hace sentir, y que bandas como esta hacen tambalear.
Escuchando hoy este disco, también resulta difícil incluso de disfrutar en una primera aproximación. Podemos encontrar desde música progresiva de alto vuelo, a una experimentación minimalista que pone los nervios de punta, sin dejar de bordear aspectos bien pop y ambient, pero pasados por un tamiz extremo que se deja escuchar claramente, creo que por única vez en su discografía; si a eso le agregamos unas pizcas de Jazz, es esperable que esta mezcla puede sonar o muy vertiginosa o muy insoportable, dependiendo siempre de ese que escucha, y resulta impactado o tocado en su cuerpo.
En mi caso, y más allá de las dificultades iniciales para abordar el sonido y las composiciones de esta banda, cada vez que me acerco a alguno de sus discos, no puedo dejar de sorprenderme y de encontrar nuevos sonidos, influencias y colores.
Casi como con los buenos libros, o las buenas películas. En definitiva, eso también es arte.
Una gran fruta como combustible espiritual.
P.D.: Es increíble que esto sea un disco debut.

23 de julio de 2012

Kauan "Lumikuuro" (2007)

Tremendo debut de esta banda rusa, que te deja con la boca abierta, los ojos llenos de lágrimas y los oídos abiertos pidiendo más.
No se puede creer cuan dolorosos y bellos pueden ser los momentos más tristes que se te crucen por la cabeza, siempre y cuando estén acompañados por música tan sutil como las que nos ofrece Kauan.
Hace mucho alguien, comentando y recomendando en el blog, había dejado la inquietud por los rusos. Recordé no hace mucho, la agradable impresión que me había provocado escuchar esta banda por primera vez, y ahora trato de hacer memoria acerca de cual sería la referencia para aquellos que no los escucharon nunca.
Lo primero que viene a los oídos son bandas anteriores a Kauan que también utilizan recursos acústicos que le dan a su arte un tinte muy melancólico, maridándolos con la agresión propia del metal más extremo: Ulver (en el pasado), Empyrium, October Falls, sin dejar de tener en cuenta por supuesto a los dioses americanos Agalloch, asiduos visitantes de nuestro blog.
También hay cosas folkies de bandas como Tenhi, de Finlandia, de uno de cuyos discos extrajeron el nombre. Y cuando aparecen las dos cosas juntas, la tristeza invade el ambiente con sus tonos grises, lluviosos tal vez, que se oponen y contradicen rotundamente esa portada colorida de acuarelas aparentemente luminosa.
Y digo aparentemente porque una vez que empieza a sonar el disco, llega el atardecer que todo lo cubre, tornando la mañana aburrida y merecidamente eclipsada por esta hermosura.
En su primer lanzamiento la banda era un trío compuesto por: Anton Belov (guitarras, voces, teclados, flautas, programación); Alexander Borovih (guitarras, coros, programación), quien actualmente no está en la banda, y Lubov Mushnikova (violín).
Uno de los mejores discos del año 2007.

Ulver "Themes from William Blake's The Marriage of Heaven and Hell" (1998)

temas
Hace años que escucho este disco, y las sensaciones que despierta siguen siendo tan contradictorias como esta obra comparada con lo anteriormente publicado por los lobos noruegos, así como la comparación de la obra consigo misma.
Y es que hay de todo y para todos los gustos.
Pero comparado con lo inmediatamente anterior, ni siquiera te da tiempo para que no te guste; lo primero que aparece en tu cabeza como respuesta a lo que estás escuchando es un signo de pregunta gigante.
¿Es la misma banda que 1 año antes había editado el "Nattens Madrigal...", tal vez uno de los discos más rústicos y agresivos del Black metal? Aparentemente sí, por lo que la sorpresa llevaba casi un gusto desagradable; está bien, puede no gustarte el Black sifonero, pero ¿cómo asociar este experimento sonoro con ese capítulo Folk acústico de "Kveldssanger", o el Black épico de "Bergttat" de los que tantas bandas robaron?
Pero mientras escribo esto escucho y recuerdo las discusiones que habían en varios medios especializados en esa época, y como entre amigos charlábamos sobre los diferentes procesos que nos provocaba escuchar este disco doble.
Después de que pasaba la furia y el asco, no había forma de dejar de escuchar...y prestarle atención a las letras, el texto clásico de W. Blake "El Matrimonio entre el Cielo y el Infierno". Y allí la música tomaba más relevancia, e incluso tenía más sentido.
Y empezaba a aparecer también la relación con discos anteriores, no por el estilo en si, totalmente alejado del metal, sino por la idea rectora, el concepto detrás de la obra.
Parece mentira que tantos años después se siga diciendo y/o hablando de Ulver como una banda de Metal (en cualquiera de sus formas), cuando en realidad y actualmente, ese género ocupa menos del 20% de la discografía oficial de los noruegos (contando lp's y e.p.'s, sin contar compilados).
Tal como dice el poeta inglés en la voz de Trickster G., sin contrarios no hay progresos, y en esta obra están contenidas y condensadas todas las contradicciones posibles que pueda generar la misma, siendo la puerta de entrada a esa obra definitiva, jazzera, única, del año 2000 titulada "Perdition City".
Para disfrutar sin culpas la entrada a matices y secretos desconocidos.

18 de julio de 2012

Skepticism "Aeothe Kaear" -demo-(1994)

demo
Junto con Thergothon, casi los fundadores de este subgénero que se dio en llamar Funeral Doom, y del cual vengo posteando algunas cosas interesantes.
En este caso, el demo inicial de la banda, con un sonido rústico, seco y áspero, donde ya se hacía escuchar esa voz de ultratumba sin matices y una guitarra con poco vuelo pero hipnótica, acompañando a los climas mortuorios de los teclados.
Ahora que lo leo, suena feo voces sin matices, porque en realidad los matices aparecen de nuestro lado, de los que estamos escuchando y "padeciendo" dolorosa pero alegremente esta música, porque si no no hay explicación frente al por qué sucumbimos reiteradamente a los embates de esta gelatina amorfa y con el olor de la muerte que nos propone el subgénero y Skepticism en particular.
Tal como dice su web oficial, el proceso empezó y no terminará.
Acá está el inicio de los sonidos funerarios.

Ahab "The Divinity of Oceans" (2009)

ballena
Segundo disco de estos alemanes que nada tienen que ver con Scorpions ni con Rammstein.
Lo de ellos son los temas lentos, muy lentos y súperextensos, además de densos y opresivos.
Pero lo interesante es que no es ese tipo de Funeral doom que se torna aburrido con el correr de los temas y uno termina suplicando que el disco llegue el final. Hay muchos matices y una dosis de psicodelia muy de fondo, que hace que las canciones ganen en dinamismo y pierdan en densidad.
Aparte, si bien los trabajos en las guitarras son pesados, cuando meten el rebaje aparece una tensa calma, que no solo te dan respiro, sino que te preparan para la bocanada de piedra que le continúa. Lo mismo ocurre con las voces, que no se encuentran atadas solamente a esos susurros de ultratumba por lo general tan enterrados en la mezcla y tan distorsionados al mismo tiempo que no sorprenden, ya que el responsable de las cuerdas vocales puede aportar diversos matices, cuanto más lejanos y calmos, más desesperantes.
Una particularidad que tiene la banda, y en donde encuentro sentido en los profundos sonidos que arrastran es la inspiración de sus historias, sacadas hasta ahora de los océanos y las travesías ocurridas en sus inmensas e inexploradas profundidades.
El primero de sus discos, "The Call of the Wretched Sea" se inspiro en la historia de "Moby Dick" de Herman Melville, mientras que este navega en la historia real del ballenero Essex, capitaneado por George Pollard Jr., y que fuera hundido por una ballena al sur del Océano Pacífico, en el año 1820. Historia, por otro lado, en la cual se inspiró Melville para escribir su "Moby Dick".
¿Por qué resulta relevante estos datos? Porque la banda puede transmitir en su música la inmensidad y lo aplastante que puede ser esa enorme masa inmanejable para quien se adentra en ella, así como los peligros desconocidos e insondables que seguramente habitan en sus oscuras profundidades.
Los responsables de semejante travesía son Daniel Droste (guitarras, voces), Chris Hector (guitarras), Cornelius Althammer (batería) y Stephan Wandernoth (bajo).
La portada pertenece a una obra del gran pintor francés Théodore Géricault, titulada "La Balsa de La Medusa" (1819), y representa un momento del naufragio de la fragata de la Marina Francesa Medusa, en las costas de Mauritania, en Julio de 1816, en donde sólo sobrevivieron 15 personas, teniendo que recurrir entre otras cosas al canibalismo (en el relato de esta tragedia se inspiró Menlville para su obra Moby Dick).
Una verdadera joya dentro del género, que ningún amante del mismo debería dejar pasar...y un principiante tampoco.

17 de julio de 2012

Triptykon "Eparistera Daimones" (2010)

denso
Seguimos con cositas opresivas, oscuras y jodidas, pero esta vez dándole un regalito a los vieja escuela, aquellos que entienden que significan para el mundo de la música extrema estas dos palabras juntas: Celtic Frost.
Uds. sabrán que los discos finales de estos dioses suizos no fueron lo que se dice un canto a la música precisamente, desbarrancando en los discos "Cold Lake" (1988) y "Vanity/Nemesis" (1990) -absolutamente olvidables-, para separarse en el año 1993.
En el año 2001 se reformaron, y junto a Tom Warrior y Martin Ain, encontramos a Franco Sessa en batería, plasmando el esfuerzo de su retorno en un descomunal "Monotheist" (2006), que no sólo hacía honor al legado de la banda, sino que la ponía en los primeros planos de nuevo.
Lamentablemente en el año 2008 se vuelven a separar atento a diferencias personales insalvables...y de allí emerge este negrísimo Triptykon, para dar lugar a la continuidad del último sonido escupido en "Monotheist".
La relación con el viejo Celtic Frost llega incluso a colarse en otra canción que recuerda a esas apariciones fantasmales de voces femeninas y bellos pero oscuros climas entre el sentimiento extremo que reinaba en las demás composiciones: "My Pain", es el bálsamo que te prepara para esa piedra lunar que te cae en la cabeza 5'20'' después, y con la cual termina este disco.
Imaginen una mezcla perfecta entre el doom, el thrash, el death y la malignidad black metal que destilaban en sus comienzos, con un sonido profundo que mete cagazo y riffs gloriosamente arrastrados y gordos.
Hay dos gemas imposibles de pasar por alto: la que inicia la placa, "Goetia" (de 11 maravillosos minutos) y la que cierra la misma, "The Prolonging" (de casi 20 minutos), por los cambios de ritmo, de climas y de maldad que supuran.
Pero apenas son una muestra de lo que el viejo Tom puede y sabe hacer, en compañía ahora de Norman Lonhard (batería), Vanja Slajh (bajo) y V. Santura (guitarras y voces).
Mención aparte para el link que conecta nuevamente una colaboración de lujo: la portada no puede pertenecer a otro más que -otra vez- al genial H.R. Giger, quien ya había colaborado con los muchachos en ese pedazo de historia titulado "To Mega Therion".
Si, como dice Tom en "Abyss within my soul", "Los muertos no se van nunca, los puedo sentir alrededor mío..."...que mejor que tener una buena banda de sonido para acompañarnos, ¿no?
P.D.: Pavada de debut no....

Kayo Dot "Dowsing Anemone with Copper Tongue" (2006)

meeerda
Jodido, raro, denso, difícil...son muchas las palabras que pueden aparecer escuchando a los de Boston, como muchas son las sensaciones que provocan y con las que juegan, haciéndo(me)te dudar tanto de tu equilibrio mental como de si es adecuado llamar a esto música.
Canciones propiamente dichas no hay. Son experimentaciones sonoras que van y vienen entre el Jazz y lo progresivo, el Avant Garde y el noise con muchísimo drone (teléfono Boris) enfermito (algunas voces me hicieron acordar a Khanate), sumado a pasajes incluso un poquito folkies.
Y desde la primera vez que me acerqué a este monstruo deforme, me pareció extraña la procedencia de algunos de los músicos. Esa banda también americana que estuvo separada durante varios años y volvieron con un gran disco no hace mucho: Maudlin of the Well.
De aquella banda están Greg Massi (voces y guitarra)-actualmente de nuevo en Maudlin y Baliset-y el multinstrumentista Toby Driver (guitarra, voces, clarinete, teclados, etc), que con sus impresionantes capacidades, pintan colores y tonalidades que pasan desde la apacible calma, a la esquizofrenia sónica más absoluta.
Por supuesto que no están solos. Los acompañan en este loco viaje psicodélico y mala onda Mia Matsumiya (voilín/viola), Thomas Murray (teclados, efectos varios, guitarras), Forbes Graham (trompeta, guitarras, tuba tenor), John Carchia (guitarras), Tom Malone (batería) y Ryan Mcguire (bajo, teclado), muchos de ellos integrantes también de ese otro monumento a lo experimental llamado ASVA.
Y así con todos esos timbres e instrumentos, crean una obra difícil de disfrutar, de hecho por momentos aburridas...para los tiempos que corren donde todo es adrenalina y vértigo por lo nuevo.
Háganse un espacio y un tiempo en su cotidianeidad, y escuchen el disco...van a querer más.

11 de julio de 2012

Novembers Doom "Aphotic" (2011)

aarrgghh
Y del primero paso al último de los americanos Novembers Doom.
Gran, gran disco, al mismo nivel de esa obra increíble del año 2009, "Into Night's Requiem Infernal", en donde oh sorpresa tambien estaba tras las perillas ese otro monstruo llamado Dan Swano (de los difuntos Edge of Sanity).
Y tenemos todo aquello a lo que los de Chicago nos tienen acostumbrados desde hace años: Death Metal bien preciso y agresivo, voces guturales y profundas (reclamo genético para el David Vincent histórico, ese de "Domination"), voces limpias, recitadas y calmas, climas progresivos y calmos en clara oposición a lo extremo de muchas de las canciones...y Anneke.
Lo que veía ya en lanzamientos anteriores ya es una realidad, y los cambios de ritmo y de climas, como en la inicial "The Dark Host", hacen recordar en el acto a Opeth, sin ser una copia.
Eso es algo a destacar, la personalidad de Novembers Doom y cada uno de sus músicos para lograr un disco único que no cansa y termina teniendo gusto a poco.
La adrenalina se hace presente en esa persecución titulada "Harvest Scythe", con un riff efectivo y simple, y un solo que parece sacado de alguna banda de metal progresivo de los '90.
Dicen que después de la tormenta llega la calma (el último disco de los Anathema lo desmiente), y la intrododucción de "Buried" también, tal vez uno de los temas más densos y oscuros del disco, y uno de los cuales el vocalista Paul Kuhr se luce con los matices que brinda sus cuerdas vocales. También es lo más cercano que puede llegar a estar hoy la banda del Doom Metal más llano y emotivo.
Y si hablo de emoción, no puedo más que rendirme frente a la aparición de una de mis cantantes favoritas de todos los tiempos: Anneke, participando en la melancólica "What could have been", bellísima por donde se la escuche, y haciendo un duo hermoso con la profunda voz de Paul.
Y así, suceden las canciones, una tras otra, para dar forma a este oscuro, bello y violento lanzamiento de los muchachos de Novembers Doom...porque todo eso y más están contenidos en poco menos de una hora de MÚSICA.

10 de julio de 2012

Pantheist "Pantheist" (2011)

panth
Todavía recuerdo la impresión que me había causado aquel genial "Amartia" (2005), con sus climas funerarios, desesperanzadores y opresivos, de la mano de Andy Semmens (voces y batería), Kostas Panagiotou (teclados y voces), Nicolas Tambuyser (guitarras) y Mark Bodossian (bajo y voces), formación que rápidamente cambió para dar forma a "Journey Through Lands Unkbown" (2008).
Luego de un corto pero efectivo lanzamiento en el 2010, sale a la luz este hermoso disco con una vuelta de tuerca sonando, si se relativiza esta afirmación, mucho más luminoso y no tan opresivo como sus discos anteriores.
Me imagino que para una banda con estas características debe ser un esfuerzo tratar de despegar de los límites del género, y en función de ello, se podría explicar los continuos cambios de integrantes. Tampoco es que el nuevo sonido o los nuevos matices aparecen  la primera oída, sino que hay que dejar que el álbum madure.
Si nos dejamos impresionar con ese primer instrumental "One of these Funerals", nada cambió. La banda en su esplendor oscuro nos aplasta con climas y riffs extraídos desde el fondo de la desolación por la muerte de alguien muy querido.
Con "Broken Statue" aparece la primera sorpresa para mi, con unas voces lejanas y algunos recitados, que no solo le quitan oscuridad a la canción, sino que le brinda unos matices esperanzadores que van muy bien con el nombre de la banda. Ni hablar de "The Storm", uno de los extensos temas del disco (casi 12'), donde la vertiente más funeraria se cruza con colores cálidos y melancólicos, pasando rápidamente esos minutos, y pareciendo incluso un tema más corto. Es tremendo como esos teclados simplemente se te clavan en la cabeza y se vuelven más agresivos que un riff black, generando más tensión  opresión que ese estilo.
Una de las perlitas del disco, y la que me hizo pensar en los diferentes matices que ahora tiene Pantheist (la banda) es "Be Here". Con un comienzo aparentemente oscuro y bebiendo del My Dying Bride menos denso, no van a poder creer cuando lleguen al estribillo, y se pronuncien esas palabras esperanzadoras y realmente luminosas: "...I want you to be here, just be here...", verdaderamente emocionante incluso en la instrumentación que acompaña, dando la sensación, por lo menos a mi, de una persona que canta emocionada y al borde de las lágrimas.
La pieza final "live Trough me" tiene un aire inicial en el piano que me llevó automáticamente a una vieja canción, muy melancólica, del genial y único Elton John, con una base tranquila que apenas explota cerca de los 4', y los teclados despegan hacia la inmensidad espacial, dándole un novedoso toque progresivo.
Un disco descomunal, y uno de los mejores de la banda. La progresión perfecta, la conjunción entre lo opresivo y lo luminoso...un discazo equilibrado.

4 de julio de 2012

Novembers Doom "Amid Its Hallowed Mirth" (1995)

leyenda
Los que nos siguen desde hace mucho, saben que esta banda oriunda de Chicago, Estados Unidos, es una de las debilidades de quienes escribimos las reseñas, Dark Lord y Conde Gardfield.
Sobre todo de los lanzmientos en los que empezaron a meter influencias progresivas, acercándose más a los climas de unos Opeth, aunque manteniendo esa cuota Death que los suecos ya dejaron atrás.
Husmeando en sus inicios, uno podría sorprenderse de lo que se escucha y de sus influencias, sobre todo si los descubrieron después de "The Knowing" (2000).
Porque lo que acá tenemos, es una banda americana influenciada por los popes del Doom inglés de principios de la década del '90, del Siglo pasado: My Dying Bride, Paradise Lost y Anathema, sobre todo los discos más cercanos al Death de este grupo de gente tan importante dentro del género Death/doom.
Climas densos y pesados como macetas, con voces bien podridas, acompañadas ocasionalmente por una cantante lírica, tal como hicieran esas bandas inglesas en sus comienzos, y yendo más atrás, los dioses suizos Celtic Frost.
Los riffs también son de extracción inglesa, sonando bien secos, sucios y arrastrados, tal como se estilaba por aquellos años, sonando como una banda Death lenta y opresiva.
La diferencia aparece cuando la voz angelical y melancólica de Cathy Jo Hejna dice presente y nos invade una hermosa y calma tristeza, que será sacudida prontamente por Paul Kuhr y sus rugidos.
En este caso, lo que ofrezco es la reedición del año 2001, a cargo del sello Dark Symphonies, con dos canciones más.
Un disco para disfrutar a un fuerte volumen, y dejarse llevar como si el tiempo no existiese.

1 de julio de 2012

Massacre "Ringo" (2011)

box
Cuando una banda deja el techo tan alto con sus discos, uno empieza a sospechar que se les mojará la pólvora en cualquier momento, y tendrá que soportar algún disco entre pedorro y olvidable.
Ahora, si esa banda es Massacre, te podés joder por prejuicioso. Trato de hacer memoria para encontrar algún disco que por lo menos sea mediocre. Nada...busco en la Web para ver los nombres de los discos, suponiendo que tal vez se me pasó alguno. Nada.
Desde "Aerial" (1998) en adelante es indispensable cada uno de los lanzamientos de las huestes de Wallas, y cada uno de ellos adquiere un sonido más serio, más profundo y cuidado, honrando de forma más evidente incluso a sus influencias sin que se pueda decir que es una copia.
Ya con "El Mamut" (2007) habían sacado un disco de la hostia, catapultado al estatuto de culto casi al instante. Allí es donde surgió la pregunta: ¿y para el disco que viene, qué? Después de esa seguidilla impresionante de canciones monumentales, era difícil hacer algo mejor.
Cuatro años después la respuesta explota en mis oídos, con canciones perfectas, y letras al alcance de cualquiera.
Esa contraseña que solo tenían algunos a mediados de los '80, y unos pocos más a comienzos de los '90, se filtro e irrigó todos los medios, aunque no generó ningún conflicto internacional (je).
¿Puede una banda, 15 años después, componer una canción que se transforme en el himno de una persona enamorada, pero 15 años antes? Aparentemente sí, es lo que me generó en el acto la canción y la letra de "Tanto Amor", una balada de la puta madre, y una letra impresionante: "...con una inyección de libertad, detienen el pulso universal, el amor era aquello que no les faltaba..." Solo una de las frases, todo entre un juego de cuerdas bellísimo que remite en el acto a los matices de los Beatles en sus trabajos más serios.
No puedo ponerme a destacar cada una de las canciones, porque todas tienen un lugar importante.
Escucho y van apareciendo referencias musicales por todos lados (mucho del noise Rock de los '90 por ejemplo, de nuevo Beatles), y de repente, "La Virgen del Knock Out", con "nuestro Ringo" a la cabeza, y esa frase memorable de "este negro no me dura ni un round".
Entre ese clima festivo, el primer impacto, la primera trompada en la cabeza con una canción que muchos venderían su alma para componer: "A esta edad es cuando comienzan a incomodarnos las horas...no vamos a la iglesia y están vencidas las drogas...ningún invierno empieza, hasta que no seas vos quien de por apagado el sol...A esta edad es cuando comienzan a seducirnos las sombras, una noche de tragedia, y están vencidas las tropas...ningún invierno empieza, hasta que no seas vos quien de por apagado el sol, ningún invierno empieza, si mantenemos vivo el deseo, que es el premio mayor, el deseo..." Una maravilla, con un clima melanco que parece la continuación natural de "Divorcio", gran canción de "El Mamut". Obviamente, es "El Deseo", una de las perlas de esta joya.
Se puede leer una canción desde la política, y ahi aparece "Muerte al Faraón": "Es la revolución, y si no, será una revuelta más...si, muerte el faraón, lo que tengo en mi, lo aprendí de vos, y del que se fue sin poder gritar, se amplifica nuestra voz como una guitarra..."
Podría seguir con cada una de las canciones, pero no...prefiero terminar la reseña y apretar play otra vez.
Uno de los mejores discos nacionales de los últimos años.