17 de julio de 2012

Triptykon "Eparistera Daimones" (2010)

denso
Seguimos con cositas opresivas, oscuras y jodidas, pero esta vez dándole un regalito a los vieja escuela, aquellos que entienden que significan para el mundo de la música extrema estas dos palabras juntas: Celtic Frost.
Uds. sabrán que los discos finales de estos dioses suizos no fueron lo que se dice un canto a la música precisamente, desbarrancando en los discos "Cold Lake" (1988) y "Vanity/Nemesis" (1990) -absolutamente olvidables-, para separarse en el año 1993.
En el año 2001 se reformaron, y junto a Tom Warrior y Martin Ain, encontramos a Franco Sessa en batería, plasmando el esfuerzo de su retorno en un descomunal "Monotheist" (2006), que no sólo hacía honor al legado de la banda, sino que la ponía en los primeros planos de nuevo.
Lamentablemente en el año 2008 se vuelven a separar atento a diferencias personales insalvables...y de allí emerge este negrísimo Triptykon, para dar lugar a la continuidad del último sonido escupido en "Monotheist".
La relación con el viejo Celtic Frost llega incluso a colarse en otra canción que recuerda a esas apariciones fantasmales de voces femeninas y bellos pero oscuros climas entre el sentimiento extremo que reinaba en las demás composiciones: "My Pain", es el bálsamo que te prepara para esa piedra lunar que te cae en la cabeza 5'20'' después, y con la cual termina este disco.
Imaginen una mezcla perfecta entre el doom, el thrash, el death y la malignidad black metal que destilaban en sus comienzos, con un sonido profundo que mete cagazo y riffs gloriosamente arrastrados y gordos.
Hay dos gemas imposibles de pasar por alto: la que inicia la placa, "Goetia" (de 11 maravillosos minutos) y la que cierra la misma, "The Prolonging" (de casi 20 minutos), por los cambios de ritmo, de climas y de maldad que supuran.
Pero apenas son una muestra de lo que el viejo Tom puede y sabe hacer, en compañía ahora de Norman Lonhard (batería), Vanja Slajh (bajo) y V. Santura (guitarras y voces).
Mención aparte para el link que conecta nuevamente una colaboración de lujo: la portada no puede pertenecer a otro más que -otra vez- al genial H.R. Giger, quien ya había colaborado con los muchachos en ese pedazo de historia titulado "To Mega Therion".
Si, como dice Tom en "Abyss within my soul", "Los muertos no se van nunca, los puedo sentir alrededor mío..."...que mejor que tener una buena banda de sonido para acompañarnos, ¿no?
P.D.: Pavada de debut no....

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