Lo de ellos son los temas lentos, muy lentos y súperextensos, además de densos y opresivos.
Pero lo interesante es que no es ese tipo de Funeral doom que se torna aburrido con el correr de los temas y uno termina suplicando que el disco llegue el final. Hay muchos matices y una dosis de psicodelia muy de fondo, que hace que las canciones ganen en dinamismo y pierdan en densidad.
Aparte, si bien los trabajos en las guitarras son pesados, cuando meten el rebaje aparece una tensa calma, que no solo te dan respiro, sino que te preparan para la bocanada de piedra que le continúa. Lo mismo ocurre con las voces, que no se encuentran atadas solamente a esos susurros de ultratumba por lo general tan enterrados en la mezcla y tan distorsionados al mismo tiempo que no sorprenden, ya que el responsable de las cuerdas vocales puede aportar diversos matices, cuanto más lejanos y calmos, más desesperantes.
Una particularidad que tiene la banda, y en donde encuentro sentido en los profundos sonidos que arrastran es la inspiración de sus historias, sacadas hasta ahora de los océanos y las travesías ocurridas en sus inmensas e inexploradas profundidades.
El primero de sus discos, "The Call of the Wretched Sea" se inspiro en la historia de "Moby Dick" de Herman Melville, mientras que este navega en la historia real del ballenero Essex, capitaneado por George Pollard Jr., y que fuera hundido por una ballena al sur del Océano Pacífico, en el año 1820. Historia, por otro lado, en la cual se inspiró Melville para escribir su "Moby Dick".
¿Por qué resulta relevante estos datos? Porque la banda puede transmitir en su música la inmensidad y lo aplastante que puede ser esa enorme masa inmanejable para quien se adentra en ella, así como los peligros desconocidos e insondables que seguramente habitan en sus oscuras profundidades.
Los responsables de semejante travesía son Daniel Droste (guitarras, voces), Chris Hector (guitarras), Cornelius Althammer (batería) y Stephan Wandernoth (bajo).
La portada pertenece a una obra del gran pintor francés Théodore Géricault, titulada "La Balsa de La Medusa" (1819), y representa un momento del naufragio de la fragata de la Marina Francesa Medusa, en las costas de Mauritania, en Julio de 1816, en donde sólo sobrevivieron 15 personas, teniendo que recurrir entre otras cosas al canibalismo (en el relato de esta tragedia se inspiró Menlville para su obra Moby Dick).
Una verdadera joya dentro del género, que ningún amante del mismo debería dejar pasar...y un principiante tampoco.
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