belial |
Esto si es jodido, y es uno de los signos que me dicen casi al oído -como una confesión-que no todo está perdido.
No todo está perdido en la escena Argentina, en la extrema, donde se inscribe Dead Rooster, junto por ejemplo a Wolves Winter, banda de Black reseñada por el Conde hace unos días, y varias más. Y eso es genial, sobre todo porque las leyendas siguen siendo tan mediocres y patéticas como siempre (quieren nombres?: Iorio a la cabeza, Malón, Horcas, etc.), ancladas en un pasado tan cabeza de tacho que si te desviás un poquito ya sos un poser.
Es cierto que en el país no hay una movida de Doom tan impresionante como la de Chile, por ejemplo, pero hubo bandas únicas como Pandemia, que antes de pegar el salto se terminaron separando.
Lo de los 'Rooster va por otro lado, mas cercano al costado crudo y "horrible" del doom, ese que supo hacer la gente de Burning Witch o Khanate, con ese bajo bien distorsionado y gordo adelante de la mezcla, acompañando una batería lentísima y sucia...aunque no menos sucia que la guitarra, que se arrastra cual babosa embadurnada en sal, dejando tras de si una mancha de sangre olorosa y pútrida, casi tanto como su música.
Las voces (Lucien Anello) son las que los acercan a esas bandas señaladas, siendo cáustica y corrosiva por igual, destilando asco y podredumbre, como debe ser en este estilo.
Ojalá haya más de estas bandas, ojalá dejemos de ser tan imbéciles creyendo que todo lo que escupe la máquina heavy anquilosada argentina es único y superlativo. Porque así, no vamos a poder disfrutar nunca de la variedad que este tipo de música necesita para sobrevivir.
Por más bandas experimentales, y por una escena más diversa, aguante Dead Rooster (y toda la camada de bandas nuevas).
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