Para sacarnos de encima el herrumbre y la viscosidad infecta que nos dejó de regalo Asilo, vamos a ir a algo también de Argentina, más tranqui, pero intenso, rockero y oscuro que lo hace muy adictivo.
Estoy hablando de Volador G, otra de las bandas que tuve la desgracia de descubrir bastante tarde, cuando ya habían -por lo que sé- suspendido sus actividades.
Como información que circula por la red, se formaron a mediados del 2000, empezando a grabar este disco en el mes de Abril del 2003. Por ese entonces, la formación incluía a los miembros fundadores Fernando Pécora (en voz guitarra y piano), Guillermo Schurawlew (bajo) y Juan Manuel Negro (guitarras), quedando en el camino Miguel Fogliese, quien es reemplazado por Diego Chamorro, y luego de grabar gran parte del album, deja la banda, ocupando su lugar Miguel Ángel Vaca (batería); también en coros y guitarras está Gabriel Mateos -quien también oficia de productor-
Lo que hay en este debut es una seguidilla de canciones perfectas, que mezclan de forma sublime poesía post-punk de tinte oscuro-romántica, con una esencia de dark-gothic importantísima, sumado por supuesto a un toque industrial que le da fuerza a cada una de las composiciones realmente sorprendente.
Aparte del Rock, lo industrial, lo dark, hay una sensibilidad pop (la del bueno, onda Virus, Soda Stereo) dando vuelta por todo el disco apabullante, sonando fresco y para nada forzado.
La verdad que no puedo destacar una canción por sobre las demás, ya que tienen todas algo destacable, ya sea la letra, o la música que en algunas se torna bastante violenta.
Por supuesto, como no puedo contra mi mismo, me parece que vale la pena prestar atención a la versión oscurísima y pesada (muy en la onda Depeche Mode) de "No te animás a despegar" del loquillo Charly García.
Una banda del carajo, que si bien esta linkeada a bandas clásicas tanto nacionales como internacionales, tienen una identidad propia, algo que en la actualidad escasea o es difícil de encontrar.
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