La puta madre, vuelvo otra vez a sorprenderme con bandas de mi país, esta vez con el debut larga duración de estos enfermos del orto de Asilo, cuarteto de Buenos Aires que adolece de guitarras y las suple con alguna de las voces más enfermas de la escena, y dos -sí, dos- bajos ultradistorsionados que no te dejan respirar.
Música muy hija de puta y mala onda, en la vena de esos otros deformes rotos del cráneo de Khanate, pero con una cuota de oscurísima melodía de fondo (ruiditos, teclas etc) que vuelve más sórdido y exasperante el clima que logran en cada una de las 10 canciones, teñidas a su vez de un noise aplastante y una rapidez que por momentos contrasta con una lentitud viscosa y horrenda.
Lo interesante es que, al igual que Dead Rooster y Wolves Winter, se despegan de la escena cabeza para formar parte de otra, under como la puta que los parió, pero con una identidad apabullante que no hace más que alegrarme, ya que no dependemos de las leyendas para disfrutar de música que nos conmueva...y nos perturbe.
Porque, seamos claros, creo que la música tiene que tener esa cuota de molestia, de joder no al que tenés al lado, sino a vos mismo, al punto que te ves obligado a escuchar una y otra vez a ver si no te equivocaste al escuchar lo que escuchaste.
Fascinante, ya que es un disco homogéneo pero no monótono, cada composición tiene su personalidad, y hay momentos ya sea por la música, por las letras o por su conjunción junto con los sampler que son altamente adictivos. ¿Quieren ejemplos? "Arquitectura del Silencio" es como si a Godflesh se uniera un adicto al paco. En el polo opuesto e inmediatamente después de semejante descarga industrial/noise/loquesea, aparece "(Anti voz)", solo con un teclado relajado, que te permite respirar y sorprenderte por la luminosidad y tranquilidad que se te clava en la mente, con este mantra: "El gran silencio ante el ruido inútil".
¿¡Y lo que aparece en "Dinámica del cambio", la puta madre?! Hasta los sampler -como decía- están impresionantes, con esos teclados que van apareciendo en fade in y que provienen del genial Hieronymus Bosch y su "Jardin de las Delicias"
Temas extensos, densos en la mayoría de los casos, logran un disco de casi una hora que se pasa tan rápido que hace falta escucharlo otra vez, y otra vez, y otra vez.
Palabras aparte merece el arte de tapa (no tengo el físico, pero ya lo voy a conseguir), que logra transmitir toda la desesperanza, miseria y podredumbre de una vida gris.
Hace días que no lo saco del reproductor mp3, y cada vez que estoy en casa, lo escucho en mi equipo, a un gran volumen, como se DEBE escuchar esto.
Les dejo para que deleiten sus oídos, y de paso los perviertan su bandcamp.
Saludos Asilo, gracias por semejante martillazo en la cabeza.
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