6 de abril de 2015

"Crash", James G. Ballard (1973)

Recuerdo haber visto mucho antes de conocer de la existencia del libro, esa obra maravillosa del maestro David Cronemberg del año 1996, plagada de actorazos del carajo...y que resultó ser una adaptación de esta novela. Cuando la agarré por primera vez allá hace tiempo, no me impactó, me aburrió y la dejé apenas empezada.
Pero en pleno 2015, soy evidentemente otro.
Supongamos que el sintagma "hacer el amor" no existe, ni tiene sentido alguno; el sexo es simplemente eso, pero con un agregado, con una soldadura extra, la conjunción entre cuerpos mutilados y/o marcados por accidentes y autos/aviones, etc.....bordes filosos y cortantes de máquinas utilizadas para el transporte de personas como complemento perfecto de la cópula entre seres absolutamente deshumanizados signados por una satisfacción a costa de lo que sea, incluso de la muerte misma.
Y supongamos que la argamasa de aquella soldadura monstruosa o perversa, se lleva adelante sin una pizca de erotismo o, incluso, amor...sino tan solo sexo sucio, brusco y bizarro entre personas que llevan adelante la recreación de accidentes de famosos, elevando al ideal a aquellos que más tullidos quedaron, y siendo todos absolutamente intercambiables.
Eso es "Crash", y mucho más. 
Acaso sea la perturbadora unión entre pornografía casi hardcore y ese tono industrial de humanos maquinizados, a los cuales les da lo mismo rozar el vinilo del asiento manchado de esperma/sangre o mirar a personas tullidas cogiendo para excitarse -a pesar de que ea tu propia esposa la que es cogida por otro en la parte del auto que vos estás manejando.
Una de las novelas más jodidas del buenazo de Ballard, uno de los libros más perturbadores que leí en años, y uno de los ejemplos más claros de lo que el concepto de perversión en sentido estricto implica.
Un libro obligatorio.

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