10 de diciembre de 2011

Pescado Rabioso "Desatormentándonos" (1972)

Pescado
Argentina tiene una historia tremendamente importante y rica en bandas de Rock, Jazz y Blues, junto a nuestros hermanos del Río de la Plata, Uruguay (los geniales hermanos Fatoruso inspiraron a varios de este lado del río).
Justamente de acá, y para sonar repetitivo, uno de los pioneros/primeros fue el inconmensurable Flaco (Spinetta , ¿quién más?), con su banda Almendra.
Luego de separarse de sus compañeros de ruta, armó un power trío con Black Amaya en batería y Bocón Frascino, más el invitado Carlos Cutaia en órgano Hammond para la canción "Serpiente (viaja por la sal)", bajo el título de Pescado Rabioso. Y volvió a dar que hablar, con una historia discográfica corta pero de una calidad inigualable.
En este primer disco, nos encontramos de movida con un blues del carajo, "El blues de Cris" que cierra una historia de amor que había comenzado en "Muchacha (ojos de papel)" de Almendra.
Ahí nomás, pegadito, "El Jardinero (temprano amaneció)", con la voz de Luis plagada de eco que recita amarga y oscuramente: "Una mañana amanece el jardinero, y observa la desilusión en todo lo que lo rodea...". Un gran ejercicio que mixtura el blues y la Psicodelia, con enormes sonidos progresivos, elevando a categoría de clásico absoluto esta canción.
Hay también una canción hippie para emocionarse hasta las lágrimas, el hermoso y optimista "Dulce 3 Nocturno", con una voz angelical del Flaco: "Deja tu miedo atrás, alguien te sonreirá...piensa, abre tu mente al sol...(todo irá) todo irá mejor...Antes de despertar, de este, tu cuerpo actual, verás, tu voz sabrá gritar...(todo irá) todo irá mejor...Dulce 3 nocturno, se aparece...mostrando su signo, detrás del diamante, ¿será azul? Dulce 3 nocturno, necesito, que cuentes tu historia, para conocerte...ven hacia mí, ven hacia mí, dulce 3..." Es casi automático, este tema me lleva al descomunal, único e irrepetible "Artaud" (1973), ese proyecto de disolución en plan solista del Flaco...cuando la banda ya no existía.
El Flaco pide, susurra...y vamos hacia él, tranquilos, para que nos estampe en la cara el tema más pesado del disco, "El monstruo de la laguna", y esa declaración furiosa acerca de la falsedad de la caridad del universo, con un grito casi primal, que encierra una furia que casi no se le conocía al Flaco, aquel de Almendra.
Aparte, es muy interesante resaltar el año de edición del disco, que en la Argentina nos remite al preámbulo de los años más oscuros de nuestra historia, con la violencia desplazada a casi todos los ámbitos de la vida, incluída la música (¿ o no forma parte de nuestra vida acaso?). El universo en Argentina, era horrorosamente voraz, y ya había empezado a comerse a unos cuantos jóvenes, incluso antes de la llegada del líder desde España.

Entonces, decía, el tema más pesado del disco, con ese riff gordo y violento que se repite a lo largo de los 5 minutos y chirolas de ese Rock entre podrido y poderoso.
Hace rato mencione la psicodelia. Jejejeje!!! Escuchen el viaje de ácido de Castaneda versión Spinetta modelo '72, acompañado por el genial Cutaia (quien después tocaría en La Máquina de Hacer Pájaros, esa banda de Charly maravillosa.
Si bien el disco finaliza en ese trance hipnótico, hubo tres simples que estuvieron rondando durante esos años, uno de los cuales se popularizó con una película argentina que hoy recuerdo con ternura, aunque si la viera hoy diría que es insoportable: "Tango Feroz".
Esos simples son tres canciones tan importantes como las del disco y son "Despiértate nena", "Me gusta ese tajo" y "Post-crucifixión", siendo la segunda censurada en aquellos años. El último tiene un riff por el cual Deep Purple habría pagado fortunas.
Si quieren saber que escuchaba el Flaco por aquellos años, solo tienen que prestar atención y escuchar entre líneas.
Hay un malestar que nos atraviesa y nos implica...y del cual no podemos excluirnos...ya estamos adentro. Ese malestar que nos carcome como un gusano puede ser mediatizado de varias formas, aunque no muchas.
Una de ellas es la música, la que consideramos nuestra música, esa que escuchamos justamente cuando el vacío se nos presenta incomensurable y angustiante.
La música es la forma de desatormetarnos frente a tanta "realidad". Y el Flaco, con discos como este, construyó una "realidad propia" que todos los que amamos su arte adoptamos e interiorizamos como nuestra.
Y así ese vacío, momentáneamente, pasa de largo...hasta que se termina el disco. Perdón por lo extenso, pero con el Flaco pierdo la noción del tiempo.

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