El primer disco de los noruegos que estuvo al alcance de mis oídos, y la sorpresa todavía dura hoy.
Pongo play en el reproductor, y lo que surge es un jugueteo en las violas progresivo, y el golpeteo de tambores (¿de guerra?) anunciando la furia vikinga, con cánticos épicos y maravillosos (que cuerdas vocales Garm!), para dar paso ahora sí a las voces ríspidas típicas del Black.
Pero no todo es típico en este disco, porque nada puede serlo si los involucrados son estos tipos: Garm (de Ulver) en voces, Oystein G. Brun en guitarras, Grim (fallecido dos años después) en batería, Ivar Bjornson (de Enslaved) en teclados y Kai K. Lie en bajo.
Descomunal es poco, hoy y hace casi 20 años atrás; de solo pensar en los discos editados por aquel entonces se ponen los pelos de punta, sobre todo teniendo en cuenta que otras luminarias del género también editaban discos relevantes en sus carreras...anoten: Emperor con "Anthems to the Welkin at Dusk", Nagelfar y el imprescindible "Hunengrab im Herbst", los mismísimos Enslaved ("Eld"), Dimmu Borgir y el clásico "Enthroned Darkness Triumphant", Lord Belial y "Enter the Moonlight gate o Limbonic Art ("In abhorrent dementia"), solo por mencionar algunos.
El vértigo y la furia están muy bien matizados por instrumentales que te dejan descansar como para tomar envión para las descargas posteriores, que siguen en un torbellino mezcla de frialdad noruega, climas grandilocuentes y profundos, y vocalizaciones que nos pasean por todos los rangos imaginables.
Misticismo, paganismo, black metal, progresivo.....en fin, todo junto en una licuadora y sale esta bestialidad que 18 años después sigue siendo relevante.
Un disco más de las heladas tierras de Noruega, imprescindible y único, que vale la pena escuchar si no querés caer preso del heavy cabeza de tacho de Iorio y secuaces.
Música en serio.
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