Hacía un montón que no escuchaba este disco de los americanos, pilares en esto de sonar podridos y particularmente oscuros.
Si bien es cierto que no estamos frente al apabullante "Cause of Death" (1990), no por ellos es un disco para descartar.
Incluso suena dentro de todo moderno aún hoy. Los sonidos típicos de las guitarras gordas y chillonas, ancladas en el Thrash de Peres y West, quienes les proporcionan el marco perfecto para una de las voces más personales del Death Metal clásico: John Tardy.
Simplemente un buen disco, que vale la pena escuchar incluso 16 años después de haber sido editado.
Y eso es ya un logro.
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