Estuve dando vueltas para reseñar este disco de este trío de chiflados, porque simplemente no sabía en donde meterlos.
Hacen Jazz, eso seguro, pero con influencias tan disímiles como el Rock, el Pop y la música clásica contemporánea, logrando momentos desconcertantes y hasta difíciles de escuchar. Por momentos el Free es llevado al extremo...
Obviamente que no dejan de lado otras cuestiones más convencionales para sumar diversos colores a las composiciones, dándose el lujo de interpretar canciones de otros con su propia lectura de las mismas.
El primer disco que compre de ellos por recomendación del ingeniero que grabó a Hate Fusion fue "For all I Care" (2008), en donde había versiones de Nirvana, de "Confortably Numb" de los Pink Floyd, y otras perlitas que tienen que descubrir por si mismos, o esperar a que suba el disco dentro de poco.
En este hay canciones propias, compuestas tanto por Reid Andersson (bajo), David King (batería) o Ethan Iverson (piano), y también se destacan versiones de otros artistas. Entre ellos podemos disfrutar de la complejidad de un Ornette Coleman ("Street Woman"), los arreglos más secos o rockeros en "Velouria" (que pertenece a los geniales Pixies, y al disco "Bossanova"), guardándose un golpe final para los amantes de lo más oscuro. La versión de "Iron Man" de Black Sabbath es simplemente descomunal, y genera una adicción difícil de resolver, porque es disonante y moderna, pero tan pesada y opresiva como la original.
Simplemente tuve que empezar a escuchar una y otra vez a este trío para llegar a la conclusión que todavía hay cosas que nos pueden sorprender.
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