6 de mayo de 2015

Santuario "Las Alas de las Libertad...y nuestro refugio" (2004)

EL DISCO de Santuario, infinitamente superior, para mi, a su reciente "13 golpes en el frío" (2014), sonando incluso más gordo y profundo.
Siempre lo dije, desde que iniciamos este blog hace unos años, incluso en aquel hermoso programa de radio previo al blog y que se llamaba de la misma forma: cuando uno busca bandas extremas que marcaron el under nacional, no puede evitar mirar al norte, donde se encontrará con bandas muy consistentes y decididas, siendo Santuario una de ellas (de Salta).
Nunca se preocuparon realmente por pertenecer a alguna escena en particular, y allí reside su ventaja por sobre otras de la época y de la actualidad.
Composiciones sólidas en la vena de ese primer demo, pero con una vuelta de tuerca melódica que ya se asomaba en aquel, y con un arranque con bajo bien presente y voces susurradas que van emergiendo de a poco para explotar en rugidos que van desde lo gutural a lo netamente blacker, para enterrarte un martillo en la frente al aparecer las voces limpias en el estribillo, con jugueteos percusivos y colchones de teclados que te pasean por todas las sensaciones posibles frente a lo irremediable de la muerte ("Frágil")
Los tempos no son necesariamente acelerados, y eso realza los climas que pululan por todo el disco, ya sea por la pulsación de ese bajo tremendo, o por el jugueteo atinado de las violas, desparramando violencia, ira, melancolía, cuando es necesario y siempre con algo que distingue a Santuario de otras bandas: las letras, verdaderas poesías, con toques existencialistas y preguntas hermosas/horrendas que nos acompañan/torturan a todos, aunque no lo sepamos.
"Hasta que muera" es tal vez el mejor tema del disco, variado, con partes extremas, partes rockeras, partes darkies (con Cristian de Avernal como voz invitada).
En "Entre sueños" hay un riff que no me puedo sacar de la cabeza desde hace años, y el juego de voces se ve destacado por la presencia justa de una hermosa Cecilia De Singlau en coros que no desentona para nada con los berridos y gritos de Esteban Agüero.
"Criaturas" es una muestra cabal de la búsqueda de texturas diferentes que caracteriza a la banda, con la presencia de Juan Giménez en cello, y una cadencia que va desde la lentitud y melancolía dark folk, a un rústico black onda '90, sumando más desesperanza en sus letras, que paradójicamente terminan teniendo una cuota de luminosidad maravillosa.
Y la melodía nunca deja de estar presente, a lo largo de los temas restantes, cada vez más melancólicos. Finalizando con una suite separa en 3 partes, titulada "La Pérdida", ("Silencios", "Caída" y "Alados Huérfanos" siendo el inicio un breve tema instrumental, la segunda parte más frenética y la final algo más relajado y con aire Death/Doom, atravesado por aquello que le da título a la suite, y dejando que hay algo que siempre está en nosotros y no se perderá nunca: el dolor.
Dolor que bien puede ser el refugio frente a lo real del mundo, y que bien puede ser el vacío que lleve a crear canciones como las plasmadas en este disco.
Para el que escribe, un disco perfecto, indispensable para los que amamos la música.
P.D.: busquen en su bandcamp, está todo para escuchar y bajar.

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