28 de agosto de 2011

Charles Mingus "Mingus, Mingus, Mingus, Mingus, Mingus" (1963)

mingu
Este tipo no puede dejar de sorprender nunca con lo que hace en cada disco.
Me pongo a revisar algunas notas anteriores y un par de libros, aparte de la bendita web (un invento del Príncipe de las Tinieblas, según el genial Alberto Laiseca), y no puedo creer que en el mismo año haya sacado esa maravilla titulada "The Black Saint and the Sinner Lady", (ya reseñada en nuestro blog) y este intenso e inolvidable disco.
Arrancando con esas pulsaciones en su querido instrumento en "II B.S." que nos lleva rápidamente con un swing tremendo a algún bodegón de esos circuitos exclusivamente para la música negra donde se cocinaba el jazz del bueno -aunque Mingus y varios más ya giraban por Europa en aquellos años-.
La sutileza de la que era capaz este negro cabrón y malumorado (según varias notas) queda demostrada en composiciones como "I X Love", que puede ser acompañado con una buena copa de vino (o licor, o whisky, o lo que se les cante) y un buen tabaco, todo a media luz.
También está el "temita" nuevo del disco en "Celia", en donde la sección rítmica se luce en compañía de ese monstruo del saxo Eric Dolphy.
Mingus se luce en esa versión del Duke acompañado por pinceladas hermosas y melancólicas de metales y piano, para arribar a la alegría descontrolada de "Better Get it in Yo' Soul" y "Hora Decubitus", que termina a toda locura.
El final es como un hermoso recuerdo de su infancia, esa en la que fue inundado de música de iglesia, más precisamente Gospel, con "Freedom", donde da cátedra sobre raíces tribales africanas y todo.
Y eso es lo que te da Mingus: libertad, sobre todo para disfrutar de la música.
Un disco descomunal y hermoso, para escuchar a toda hora.

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