Es impresionante lo que lograron estas cuatro bestias en esta obra monumental de agresión, odio y violencia. Lo que logran transmitir con la música, en extremo agresiva, (aunque con un dejo de melodía que la hace imposible de no disfrutar), es similar a lo que cuentan en sus letras, que ya son también clásicas, y que en su momento hicieron que se los acusara de nazis, sobre todo por la canción "Angel of Death": Un monumento a lo que efectivamente ocurría en Auschwitz, ese espantoso y terrible campo de concentración que era comandado por el médico nazi que experimentaba con los prisioneros y que justamente era llamado "El Ángel de la Muerte": "Auschwitz, el significado del dolor, el por qué quiero que mueras, muerte lenta....destruyendo sin piedad, para beneficio de la raza aria....Ángel de la Muerte, Monarca del Reino de los Muertos, carnicero infame, Ángel de la Muerte!!!!...." Tan solo una porción, un extracto, un recorte de uno de los temas más terroríficos que ha dado el metal en toda su historia.
De todas formas, en este disco es sangre lo que sobra, desde la maravillosa portada, donde aparecen unos cuantos pontífices(entre otros personajes) hundidos en la pez sanguinolenta del Infierno....sí.....sangre..... y música, ya que Slayer nunca dejó de hacer escuela acerca de cuan rápido podía tocar una banda sin llegar a ser una parodia del género.
Los responsables de este engendro son cuatro: Kerry King y Jeff Hanneman en guitarras (que tándem por favor!!!!), Tom Araya en bajo y Dave Lombardo en batería. Eternos como el Infierno, como su Emperador, y como el género que ayudaron a crear, brindándole su joya más preciada. Larga Vida al Asesino!!!!!!!
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