satyricon |
Por aquellos años estábamos acostumbrados al extremismo planteado por el Death Metal, pero esto...definitivamente era otra cosa. Es verdad que no se entendía nada (En general las letras estaban en noruego), pero había algo en el estilo, en el Black Metal, que nos decía, o que intuíamos estaba más allá del Death, Thrash, y toda la música más extrema.....y sonaban enojados en serio, la ira, la oscuridad, el desprecio era realmente honesto, y nos cautivó....Creo que a todos aquellos que nos metimos en el Black Metal, de a poco, nos fue absorviendo.....hasta no dejar un resquicio de luz por donde se pudiera colar algo de alegría......y así fue que descubrí que el Black no era (hoy por hoy no lo afirmaría rotundamente) un estilo "jodón", o alegre.
Este disco en particular tiene tantos detalles a los que prestarles atención, que en el momento en que uno se enganchó con él, es necesaria una nueva oída para ver que más hay detrás de la supuesta "bola de ruido" que sistemáticamente denuncian los detractores del estilo. No me vengan con acá no hay melodía, estos tipos no saben tocar o es fácil hacer lo que ellos hacen.....presten atención a los majestuosos teclados que llenan de oscuras melodías las extensas y épicas canciones de este hermoso disco, perteneciente a la época dorada del Black Metal, aquella de donde provienen las obras que sentaron las bases de lo que sería unos de los movimientos que renovó la música extrema a fines del siglo pasado, y de donde siguen sacando influencias todas las bandas que hoy por hoy pertenecen a ese sub-estilo llamado Kult Black.
En "The shadowthrone" nos encontramos con oscuros recitados acompañados por chirriantes guitarras, más algunos acordes de la vieja y querida "criolla", empuñada por uno de los músicos más carismáticos dentro del metal de los últimos 20 años, Satyr, líder y alma mater de la banda, que se ocupa de guitarras, voces y teclados, acompañado en este disco por su eterno compañero de ruta Frost en batería (es increíble lo que este tipo puede hacer con sus manos y pies), y por uno de los músicos de Emperor, Samoth, en bajo y guitarras. También podemos disfrutar de una de las voces más odiosas y misantrópicas que había en esos momentos, solo superada en frialdad y maldad por lo realizado por el húngaro Attila Csihar en Mayhem, otra joya noruega pronta a ingresar en el panteón de los discos clásicos.
Respecto de su disco anterior, es un gran paso adelante, tanto a nivel compositivo, como de producción, sonando mucho más consistente y menos disperso, centrándose a veces en una forma clásica de composición, llevando adelante un lei motiv al que de apoco le van agregando detalles y nuevas sonoridades, como es el caso de "Woods to Eternity". A este disco también pertenece uno de los temas clásicos de la banda "Dominions of Satyricon", aunque sería injusto mencionar solo esta canción, ya que todas tiene su peso propio y ninguna se destaca por encima de las demás.
Así que aquí les dejo una de las glorias del Black Metal de la primera camada para que disfruten y vayan preparando los paladares (oídos), que se viene una avalancha de misantropía noruega y sueca muy pronto. ¡¡¡¡¡¡¡¡HAIL SATAN!!!!!
Chido, gracias por esta aportacion
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