Segundo y hasta ahora último disco de estos salteños blackers, en donde encontramos todas las virtudes del primer disco "...From These Dried Lands" (2003) -ya reseñado en el blog- potenciadas.
Las influencias siguen siendo reconocibles, pero con mayores matices e incursiones clásicas (muy interesantes el ensamble de cuerdas logrado), e instrumentaciones más melódicas.
Aparte de las bandas que se dejaban reconocer en aquel primer disco, hay pinceladas del Dimmu Borgir más moderno, con colores más depresivos y algunos medios tiempos que realzan la fuerza de las canciones.
La fuerza de las canciones. Hay algo que se repite en ambos discos de la banda, y es el sonido de la batería, que justamente no ayuda demasiado en la mencionada fuerza, pareciendo por momentos un instrumento de juguete, sonando "flaca" por poner un término acorde. Para mi gusto es el único punto negativo del sonido.
También merece mención especial, de nuevo, el libreto interno, con un papel satinado de lujo, adornado con ilustraciones del dibujante ruso Nicolay Bessonov, muy centrados en las torturas de supuestas brujas por la santa inquisición: un verdadero deleite para los sentidos, hasta se deja ver un cierto aire erótico en las mismas.
El norte de Argentina otra vez es noticia, para bien.
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