24 de agosto de 2009

Los Natas "Nuevo orden de la libertad" (2009)

libre
Como para cerrarles la boca a todos aquellos quienes dicen que el Rock nacional (el de Argentina) ya no existe. ¡Que lo parió! Si solo escuchan lo que sale en la radio cual bombardeo a Hiroshima, es lógico que crean eso...es más, sería extraño que uno no lo piense, y que no te dé la sensación de estar escuchando la misma canción una y otra vez.
Pero Los Natas, junto con otras agrupaciones ( como Pez, Massacre o Taura , por ejemplo), vienen demostrando desde hace tiempo que se puede hacer rock y del mejor. De hecho eso es lo que hacen en este disco, como para taparle la boca a todos los escépticos.
Un disco tremendo, me atrevería a decir de lo mejor que salió en este 2009 en Argentina. Y es también lo que vienen haciendo Los Natas desde sus comienzos.
Este "Nuevo orden de la libertad" se intuye oscuro, denso, críptico....aunque paradójicamente luminoso, casi esperanzador, como en la portada del disco, toda oscura con esa especia de luz-sol al final del túnel que te apura a seguir, y no caer.
Un disco lleno de ambiguedades, como decía, poderoso y al mismo tiempo sutil, con una extraña y reiterativa presencia iluminadora: el sol, a lo largo de las canciones.
Las canciones son lo que caracterizó a esta banda. Grandes canciones, de esas indelebles una vez que se te incrustan en la mente una vez que las escuchás.
Empieza bien arriba con "Las campanadas" al palo, y ahí nomás el tema título del disco. ¿Los Natas haciendo un disco lleno de metal? Por qué no....otra de sus influencias al desnudo, y sonando tan honestos como siempre.
Una misteriosa y calma guitarra es el preanuncio de uno de los temas más acelerados, "Resistiendo al dolor", con ecos y delays por todos lados, hasta que llega la explosión. Mierda....que bien que lo hacen la verdad.
Después de el ataque sonoro continuado en "Hombre de metal", llega la paz, esa pesada (casi insoportable)paz que solo se logra en momentos de reflexión, de la mano de "Ganar/perder: Seguís sin comprender, seguís sin poder ver, salís a ver el Sol, gritás ante el dolor, que no voy a perder, siento...porque siento que podría perder. Seguí sin comprender, seguí sin poder ver, salí a ver quien sos, gritás ante un dolor que no voy a perder, siento...porque siento que podría perder." Sin decir nada Los Natas te ponen en trance, y cuando tienen algo para decir, te jodés si no te gusta, pero es como un mazazo en tus seguridades. Y en uno de los temas más épicos donde desarrollan aquellos climas increíbles de "Toba trance" (2004) , con resultados hipnóticos. También es increíble lo que se puede lograr al no incluir letras, ya que la atención y la tensión generada en la escucha no te permiten hacer otra cosa. Otro acierto.
Esos climas se extienden, influencias folklóricas mediante, en "El Pastizal", con una gran introducción con peso propio, que casi te asfixia. Luego llega la pesadez de este trío a pura cabalgata....
"David & Goliath" y ese bajo tremendo no se queda atrás en intensidad. Y seguramente David es el que toca ese bajo gordo del comienzo, como trompadas en tu cara y en tu panza (ahí lo escuchan al bajo!!!). Y si, después de todo esto hay que tranquilizarse un poco, y que mejor que esa especie de interludio titulado "Bienvenidos", donde podés llegar a sonreir frente al desenchufe logrado.
Pero esa tranquilidad solo es una ilusión, porque con "10000" repuntan en intensidad. ¿Ese es el número de los que son en el estudio grabando? Porque lo parece.
Terminan el disco con una gran canción donde se repiten las melodías de "Bienvenidos", y el viaje llega a su fin. Lamentablemente.
Así que déjense de joder con que el Rock en Argentina está muerto. Este disco, felizmente, lo desmiente. Y al mismo tiempo confirma lo que muchos sabíamos desde hace un tiempo: Los Natas son una de las mejores bandas de Rock de la historia en la Argentina. De esas que 20 años después te hacen revisar los archivos para ver que pasaba en ese tiempo.
Adéntrense en esta oscura libertad.

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