8 de agosto de 2009

Natas "Delmar" (1996)

desert
Originalmente Los Natas se llamaban Natas, y eran como una versión un poco más cálida de Kyuss, con grandes canciones que te atrapan desde el comienzo y se vuelven adictivas. Las voces son evocadoras de épicas vivencias desérticas.
Grandes canciones escribí recién. Como no caer hipnotizado con las pulsaciones iniciales de ese gran bajo y la guitarra de en "Samurai".
El calor del desierto te atrapa y te agota en "1980", y se vuelve agobiante en "Trilogía", con unos climas tan perfectos y sutiles que pereciera estar frente a alguna banda de Rock de los '70.
Y si, es de ahí de donde extraen sus influencias más importantes, tanto internacionales como nacionales. Y la música es bien colgada. Como tiene que ser el Stoner. Y así sucede por los próximos temas que van apareciendo. Y el sonido se vuelve más denso por momentos, con ese bajo persistente en "Soma". ¿Qué era Soma? Era la droga que se utilizaba en "Un mundo feliz" de Huxley, para evadirse de los problemas.
Esa es la sensación y el resultado catártico, con los discos de Natas. El tiempo parece suspenderse, y rogamos por que no aparezca alguna visión de Castaneda en este desierto, en donde estamos atrapados, teniendo como música de fondo ese cuelgue llamado "Mux cortoi". La canción que le da título al disco te hipnotiza aún más, y ya ni siquiera tenés ganas de abandonar este gran desierto para volver a la "civilización"; mejor construir una gran choza bajo el ardiente sol de un atardecer, antes de que te atrape la noche y aparezca algún coyote hambriento.
Anochece, y el helado viento desértico sopla, acercando los mensajes de alguna tribu perdida en entre los médanos de Ostende. Y esa guitarra se pone más gorda, porque con más groove sería imposible. Y así pasa "Wind blows".
El cielo nocturno se torna "Negro", y se hacen presenten las estrellas en ese firmamento, para meter solo un poquito de sludge/doom, y oscurecer la propuesta sobre el final. Las estrellas, finalmente, no son los músicos. Es la música que ellos crean que se impone por peso propio.
"Alberto Migré" fue un escritor de telenovelas de mucho renombre, y así se termina el disco, con un tinte melodramático, como para que reflexiones, y te des cuenta que cada uno tiene su propio desierto del cual no puede (no quiere, en realidad) salir.
En esta edición-que pertenece al "Bee Jesus boxset- aparece un bonus que fuera editado en un e.p. en el año 1999, solo con dos temas. Acá tienen "El Gobernador pt.I", para salir del paso y agregar un poco más de rock.
¿Por qué no querer salir de tu desierto? Porque allí se disfruta al máximo de tu soledad, la que elegiste.
Como en este disco. Como este disco.

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