pieza |
Y la afirmación es, en parte, cierta. Lo que pasa es que no es malo lo que hace; de hecho su voz es tan angelical y hermosa, que con solo tensar inicialmente sus cuerdas vocales uno puede ser transportado a mundos inexplorados.
El problema ahora está en que la música que Anneke hace se está volviendo peligrosamente aburrida y monótona, con melodías y climas cada vez más simples y repetitivas. Su voz sigue siendo tan cautivante y bella como siempre, desde que la escuché allá por el año 1995 con "Mandylion", sorprendiendo a los amantes de la música pesada, que no podían creer la potencia y la diversidad de colores que aportaba ella con su arte.
El actual rumbo de la banda (hoy más que nada un simple acompañamiento, sino miren como cambió la cuestión que es ella más Agua de Annique) resulta un tanto empalagoso, dejando de lado los climas bucólicos y tristones, relegando cierta intimidad que hacía profundamente hipnótica la música, para volcarse de lleno a estructuras decididamente Pop (y alegres), restando protagonismo justamente a cierto dramatismo y clima de tensión, tan necesario como su voz.
Los mejores temas son aquellos que todavía navegan por mares oscuros, en donde la tristeza se puede tocar con las yemas de los dedos, y donde su voz resalta por sobre todo, lastimando dulcemente nuestros oídos, para después volvernos a dejar a la espera de un nuevo disco, esta vez un poco más intenso para poder aprovechar su caudal vocal. Esos temas están repartidos en pequeñas dosis a lo largo de la placa, y son tan buenos como canciones anteriores de la cantante.
La muestra de esto es la bella e íntima "Home Again", y ojalá se repitan cosas así en sus próximos lanzamientos. (no creo la verdad).
Disfrútenlos, porque no creo que Anneke vuelva a los senderos más intensos, sino que se irá acercando cada vez al Pop más convencional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario