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El disco que combina de forma impecable las influencias del Heavy, el Doom Metal más clásico y el Dark en todo su esplendor, de la mano de una de las mejores participaciones vocales de Aaron Stainthorpe: la miseria y desazón, así como la sensualidad que transportan y transmiten sus cuerdas vocales son únicas.
Los climas logrados también son destacables, sobre todo comparados con el bodrio insufrible del disco inmediatamente posterior a este, el vomitivo "34.788%... Complete " (1998), tal vez -no, seguro- el peor disco de la historia de estos ingleses.
Hablaba de los climas. Hay momentos realmente sensuales, con una carga de erotismo maravillosa como se deja leer en las letras del hermoso "A Kiss to Remember"; aunque también se encuentra la vieja y querida voz podrida de Aaron, enterrada en la mezcla pero que le da un toque de misterio a algunas canciones. Ejemplo: En "The Dark Caress", más precisamente en el estribillo, donde uno queda tecleando en el vacío al momento de escucharlas, o en "All swept away".
Obviamente, y no podía ser de otro modo, la depresión se hace presente en casi todas las melodías que atraviesan la obra, aunque es más evidente en la lenta y opresiva "For You", que en su momento estaba acompañada por un gran video de promoción.
Oscuridad: "El sol morirá sobre nosotros esta noche, los días se fueron para todos. El llanto sagrado, noche eterna, qué hemos hecho? Quién mató al sol. Estaremos de rodillas, el tiempo ha llegado, se haga su voluntad. Los santos rezan para que retorne el día a nuestras almas. Cómo podemos combatir esta noche eterna? Oh, señor Jesús, nos salvarás? (It will come)
De este tema hay otra versión al final del disco mucho más cruda y agresiva, con otra mezcla que produce una mayor desazón, ya que Aaron no canta sino que susurra, logrando una teatralidad como solo él puede.
Pero antes de esta versión, está la perla del disco, una canción del más genial Ambient con una triste melodía de violín que navega y dibuja oscuros ribetes púrpuras sobre los teclados más hipnóticos de la placa. El responsable: Martin Powell, quien tocara en Anathema y en Cradle of Filth, marcando un final de camino glorioso en las filas de los agonizantes ingleses, a los que ya no volvería. La canción, "For my fallen angel", pura emoción.
Un disco para bucear en otra faceta de My Dying Bride y sorprenderse gratamente.
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