En el mismo año que debutaba Solefald, Angizia, luego de un demo y un split (1994/1996, respectivamente) sacaban esta obra igualmente difícil de encasillar. Y eso, dentro del ámbito del metal siempre es bueno, por lo menos para generar una incomodidad que permita escuchar la música sin tantos rótulos y libre de categorías un tanto pelotudas (el "metal argento", por ejemplo).
Lo que acá tenemos es una mezcla cruda si se quiere entre géneros totalmente disímiles, pero que logran atrapar al oyente...con el tiempo.
Y es cierto. Hay que dejar pasar unas cuantas oídas antes de empezar a disfrutar, por eso de la incomodidad de la mixtura entre metal extremo (toques doom, gritos black, entre otras cosas) y música clásica, con varias voces operísticas tanto femeninas como masculinas, e instrumentos propios del género, que le dan un aspecto teatral a la música que en esa época pocas agrupaciones poseían.
La rusticidad también es interesante, y ayuda para despegarlos de bandas que suelen mezclar estos dos polos como Haggard, por ejemplo.
Con el correr de los años, la banda adquirirá un toque más cinematográfico y visual en sus composiciones, dejando de lado esta rusticidad en pos de una escucha más fácil, pero este fue el primer paso, y como nostálgico decidido, hay que volver siempre a ese origen para poder disfrutar de la actualidad y no encontrarla tan sosa o aburrida (miren Morbid Angel si no).
las letras de sus primeros trabajos donde las consigo
ResponderEliminarPor eso y como lo descargo
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