sifones |
Pleno Siglo XXI, todo el mundo dice que grabar no resulta tan caro, y que las limitaciones técnicas son prácticamente inexistentes, por lo que sonar "feo" a la Black metal old school, resulta posiblemente una declaración de principios.
Es cierto, ese sonido sifonero tiene su mística...pero el problema sigue siendo la composición y el alma puesta en cada disco.
La primera puede ser fallida, por lo que se termina destacando el alma y la mística nostálgica de todo género.
Y en el caso de estos yankees, la mística prevalece por sobre la composición y el sonido. No es para menos, si tenemos reunidos aquí a la crema de las bandas más true/nekro/kult del norte, esas que revitalizaron el Black Metal homenajeando a los noruegos de referencia obligada.
Primero que nada la formación: Malefic (de los opresivos y cáusticos Xasthur) en guitarras, voces y teclados; Tim Lehi (de Draugar) en guitarras y voces; N. Imperial (de un millón de bandas, entre las que se destacan Krieg y Nachtmystium), también en voces y bajo; Wrest (de, fundamentalmente, Leviathan) en todo -jejeje- bajo, batería, guitarras, voces, etc. y Azentrius (que no es otro que Blake Judd de los Nachtmystium), también en voces, guitarras y bajo. Es decir, actitud bien DIY, e intensidad punk, para un disco de Black Metal típico, y bastante variado, y con canciones que podrían ser mucho mejores.
Lo que si no deja lugar a dudas, es que con semejantes vocalistas, la cosa va por el lado de lo violento y lo desgarrador, sin lugar a voces claras.
No obstante ello, hay por momentos una intención melódica, muy tapada en la mezcla, que en el disco posterior, va a tener un gran resultado.
Un inicio violento y sucio, con todo enterrado lo más cerca del infierno que se pueda es "Woe is the contagion", con voces desesperantes y cadavéricas. El track 2 podría pertenecer a cualquier banda de thrash/black del mundo, más precisamente a un demo de cualquier banda del estilo, grabado con un mic de pc (teléfono Burzum).
Las melodías angustiosas dicen presente a partir de "Larval Liaise", justo cuando el tempo baja y las condiciones para la maldad son óptimas, como en "Winter Before".
A medida que transcurren los temas, la producción va ganando en potencia y claridad (dentro de lo permitido, obviamente), como en "Hopeless Etheride", para finalizar con "Beyond light (Beautiful and Malignant), un tema bien en la onda depressive black, con acordes melódicos muy tristes.
De momento, un debut que, para semejantes personalidades, queda a mitad de camino entre la intrascendencia y la simple corrección.
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