Otro de los discazos que tuvo a maltraer a mi cerebro el año pasado.
Pasaron ya 9 años de su anterior lanzamiento "Of Torment and Grief", y debo decir que se extrañaba a la banda.
Los que son lectores del blog, sabrán ya de la historia de la banda salteña, por lo que no voy a ahondar en ella, manteniéndose en su histórica casa Furias Records, de larga
trayectoria en el mundo de la música extrema argentina.
En realidad tendría que reformular eso de banda, ya
que el único presente en este disco es el líder y fundador de la banda,
Alejandro Medina, quien se encarga de absolutamente todo.
Recordemos que en lanzamientos anteriores, la música del
grupo paseaba por variantes de un black que si bien no perdía violencia se
centraba en climas oscuros y cierto toque de melancolía sobre todo en las
letras.
Ahora prevalece el odio y la violencia, con riffs repletos
de vértigo y con machaques que no solo remiten al black metal, sino que beben
de fuentes como el thrash más violento y técnico, y no tan jodón. Se me
ocurren, por ejemplo, algunas cosas de Overkill, sobre todo cuando en esa
genialidad llamada “Horroscope” (1991) metían rebajes y mandaban arpegios
que le daban una oscuridad llamativa, y una calidad que los diferenciaba del
resto.
Aquí, en su nuevo lanzamiento, hay mucha violencia, pero
también oscuridad, y cuando Alejandro baja las revoluciones, es cuando los
temas sacan a relucir un aura de malignidad que no puedo sino aplaudir.
También hay que destacar que esos toques melancólicos que
estaban presentes de forma evidente antes, ahora están velados, por lo que
demanda mayor atención, y no solo una escucha superficial, dejando entreveer un
toque de frustración (por lo menos es lo que a mi parecer emerge), que hace que
un nuevo componente aparezca, una sensación de ira que se lleva puesto todo lo
que hay por delante.
Para continuar con los aciertos, algo a lo que la banda nos tiene (mal)acostumbrados: la calidad del sobre interno, con un papel de gran calidad y una producción fotográfica más que interesante. También quiero destacar que si bien en ambos lanzamientos anteriores destacaba como el único punto flojo el sonido de batería, en este caso, si bien no es el mejor o más logrado, no puedo decir que resulte falto de fuerza, de hecho está mejor asociado al sonido actual de la banda, por lo que pulgares para arriba a ese punto que antes me jodía bastante (estoy viejo ya, y menos tolerante jejeje)
Para terminar, mención especial para esos breves instrumentales
que ofician de lapsos para tomar aire entre tanta violencia, y que le dan el
toque oscuro correspondiente a toda obra blacker que se precie de tal.
Otro lanzamiento de Ecliptic Sunset., pero no un lanzamiento más.
Otro grandísimo disco
de Black vomitado por las entrañas del “interior” de Argentina. Otra gema
violenta para disfrutar a gran volumen.
Otra gran demostración que los sentimientos negativos de la
vida (el odio, la ira, la frustración), que el dolor de existir puede generar obras que a uno le produzcan una mueca de disfrute y de alegría en la cara, y eso siempre se agradece.
La felicidad no es buena compañía al momento de hacer
black metal del bueno, y aquí se nota.
Hail Ecliptic Sunset!
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