Therion "Symphony Masses: Ho Drakon Ho Megas" (1993)

dragon

El primer paso del cambio de esta gran banda sueca. Antes de este disco Therion, si bien era conocido en el ambiente del Death Metal más "cuadrado", era simplemente eso: una banda más de Death en el poblado y saturado ambiente de bandas tratando de parecerse a alguien.

Pero algo cambió, y fue la forma de componer y las influencias utilizadas para aderezar la música. Y para mi fue shokeante, no podía creer cuánto había cambiado la banda simplemente bajando la velocidad y poniendo un poco de melodía.

Las canciones se hicieron más gancheras y recordables, y la banda dejo de ser solo Death Metal...era algo raro, más experimental, con melodías árabes dando vueltas por las canciones y climas un tanto oscuros que le daban un toque mágico al asunto.

Magia. Aquí residía el punto importante que se empezaba a entender o que Christofer Johnsson (líder, guitarrista, vocalista y tecladista en este disco) nos dejaba comprender. A partir de aquí, era interesante adentrarse en el mundo de Therion y sus concepciones mágicas y/o sus entes que habitaban en algún lugar mítico.

Estos entes/seres pertenecen a culturas antiguas como los fenicios, de donde el letrista de la banda (que no era ninguno de los músicos) tomaba las referencias.

Por ejemplo, Baal era un dios (ambiguo) en la región siria que se encuentra enfrente de la isla de Chipre, al que se cree que era al que adoraban los hebreos cuando abandonaron la fe en Yahvé.

A partir del disco siguiente ("Lepaca Kliffoth") Therion comienza una escalada creativa que aún no terminó (hubo un par de discos un poco aburridos pero no mucho más que eso), con la utilización de coros, cantantes líricos masculinos y femeninos, más música clásica y heavy metal clásico, dándole a la música una complejidad que bandas como Nightwish se encargarían de parodiar hasta el hartazgo (Nightwish me parece espantoso).

Un gran disco, experimental, que sirve de bisagra para entrar en la segunda etapa de la carrera de Therion.