La historia es llevada adelante de forma maravillosa por el escritor, quien plantea un policial clásico de corte evidentemente inglés.
Comienza con una especie de anotación en un diario de uno de los protagonistas (el principal, un argentino becado para estudiar en Oxford), manifestando que con la muerte de su maestro (Seldom) puede quebrar la promesa que le hiciera al mismo de no contar la verdad de los hechos respecto de los asesinatos de Oxford. Y a partir de aquí, es un torbellino de hechos uno atrás de otro, todo atravesado por referencias a teoremas matemáticos, sectas de pitagóricos que resguardan los antiguos secretos de la magia, y la obsesión de anticiparse a los hechos a partir de oscuros mensajes dejados por el asesino.
La primera víctima es la mujer que le alquila la habitación al estudiante argentino, quien fuera héroe de guerra, al descifrar junto con otros matemáticos una clave secreta de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Las hipótesis son diversas y ninguna termina de cerrar del todo, por lo que la policía tiene en la mira (aparentemente) a casi todos.
Los crímenes justamente se realizan sobre personas que aparentemente tienen muy poco tiempo de vida (por alguna enfermedad por ejemplo), o que son demasiados viejos y nadie esperaba que vivan tanto. Y se realizan de forma que parezcan, justamente, que dichas personas murieron de muerte natural. O sea, un crimen imperceptible.
Lo más interesante de toda la novela es la alusión al azar y a la imposibilidad de anticipar ciertos hechos y/o situaciones, esto es la imposibilidad de abarcar la totalidad del saber, que dentro de él se incluye dicha imposibilidad como condición para que todo el edificio del conocimiento se mantenga en continuo movimiento.
A mi entender, el defecto que le encuentro a la novela es que los personajes no son lo suficientemente profundos, sino que lo importante aquí es la historia que se cuenta y el desarrollo de los hechos. Por otro lado, el final (que obviamente no se los voy a contar) es por demás predecible; irónicamente, lo que se trata de predecir a lo largo de la novela es el siguiente movimiento/víctima del asesino, cosa que de hecho no se logra, pero si, faltando tres capítulos para el final, podemos anticipar que es lo que está ocurriendo.
De todas formas, una gran novela muy bien escrita y entretenida, que fue llevada al cine por el maestro Alex de la Iglesia bajo el nombre de "Los crímenes de Oxford", título con el cual este libro fue editado en España.
Consíganlo y léanlo que es muy divertido.
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