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Y este no se queda atrás en cuanto a climas se refiere, si bien me parece que es un poquito más "duro", pero solo es una primera impresión, ya que después de las sucesivas escuchas uno va quedando atrapado en una maraña de sentimientos que, cual tela de araña irresistible, es imposible dejar. No me refiero a las escuchas a lo largo de los días, sino al efecto que produce si nos tomamos la molestia de dejar el disco en el reproductor más de 4 veces seguidas. Es como si de repente comenzara a atardecer, y esa bruma fría que te inundaba el espíritu en el disco de Aghast aquí se encuentra reconfortantemente entibiada por el (supongo) hermoso crepúsculo finlandés.
Simplemente dejate llevar por estos tristes finlandeses y sus bellas canciones crepusculares, no te vas a arrepentir.
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