8 de marzo de 2009

Anathema "The Silent Enigma" (1995)

Anathema
The Silent Enigma fue el primer disco que escuché de esta gran banda inglesa, y desde el comienzo el trance hipnótico fue instantáneo. Casi no podía creer que una banda sonase tan pesada y tan melancólica al mismo tiempo, que fuese capaz de transmitir tanta desesperanza en los minutos que duraba el disco (casi 55').

La miseria que nos insinúa "Restless Oblivion", y que se hace presente en ese grito desesperado del título de la canción, se transforma rápidamente en la angustia existencial que exuda "Shroud of Frost" en esa letanía en donde Vincent pide ayuda, busca una respuesta...
Y solo encuentra la soledad más absoluta: "Te di mi alma y me dejaste agonizando. (Helándome en un frío viento que grita desde el silencio, en los devastados residuos de mi corazón). Sin las paredes de mi mente...solo, La serenata invernal cayó a mi en silencio." (...Alone)
La era y el verano llega a un triste final en la desesperante canción que sigue ("The Sunset of Age"). Y la primera sorpresa se hace presente. En "Nocturnal Emission" nos muestran algo de lo que ocurrirá años después, una marca negra dentro de lo negro de su música, la marca de la música Dark de los '80 que se mezcla con la densidad del metal oscuro de principios de los '90. Y en un azul crepúsculo muere un alma, para darle paso al Enigma Silencioso, unos de los mejores temas de toda la discografía de la banda.
Ya el disco está terminando, pero falta un último deseo, un último y moribundo deseo, decorado finalmente con una hermosa, triste y melancólica orquídea negra.
Después de "The Silent Enigma" tu vida no es la misma, y tu percepción de la música tampoco.

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