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| marte |
Frente a semejante aluvión de melodías y canciones perfectas no hay mucho para decir, solo disfrutar.
Un disco perfecto, incluso si lo situamos históricamente.
David Bowie venía de editar tres discos impresionantes: "The man who sold the world", "Hunky Dory" y "Space oddity", y para este no se quedó atrás, superando, a mi gusto, al último de ellos.
El disco gira en torno a una historia conceptual sobre un andrógino alien con pretensiones de Rock Star que le canta a la humanidad y su decadente y terminal sociedad consumista. Una feroz y ácida (inglesa en definitiva) crítica en formato de Pop-rock, con una de las cuotas de glam más fantásticas y honestas de la historia.
Todas las canciones son realmente hermosas, y una de las más conocidas es justamente "Ziggy Stardust", (en donde nos presenta a Weird y Gilly, las arañas de Marte) quien toca la guitarra con la zurda, lo que lo hace un hombre especial.
Es cierto, Bowie siempre fue un poco extraterrestre, pudiendo adelantarse incluso a las modas antes de que se presenten. Así también, siempre es revisitado constantemente por artistas surgidos 20 años después, y que son reconocidos por la crítica como los creadores de una nueva estética, no siendo sino una relectura de los postulados del Glam Rock de los '70 (de la mano de Marc Bolan y sus T-Rex, y de Bowie): el ejemplo más claro es Marylin Manson, que pasó a mediados delos '90 de su Rock industrial híper ácido de "Antichrist Superstar" (1996) a su Glam de "Mechanical Animals" (1998).
Para que entiendan la importancia de este disco, solo basta con mencionar los integrantes de la banda y/o colaboradores que le dieron forma al mismo: Trevor Bolder (bajista) reemplazó a John Wetton en Uriah Heep en el año 1976; Mick Ronson, quien fuera miembro de los Mott the Hoople y The Hype, y uno de los guitarristas más influyentes de la época; Rick Wakeman en teclados (¿hace falta decir quien es este tipo?). O sea, ninguno era un improvisado....
Entren al mundo Bowie, y prepárense para un viaje sin retorno, con suficientes paradas como para estar entretenidos durante muchísimos años.
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