experimento |
Cuando los ingleses nos quieren asustar, se van de verdad a la mierda, y todo queda reducido a cenizas, inclusive la mente de quien se encuentra acostumbrado a escuchar música extrema, o por lo menos fuera de lo mainstream.
El Black Metal es un género que de ejecutarlo de forma ortodoxa, se agota rápidamente. Es cierto que hay muchas bandas geniales que lo hacen (Darkthrone, Horna...), pero también hay demasiadas de las otras, que si bien no molesta escucharlas, cuando hay que pasar al disco siguiente, uno lo piensa dos veces y pone otra cosa.
El caso de estos ingleses es llamativo y extraño. Arrancaron haciendo un Black bien violento con su demo "Corridors" (2002), pero rápidamente se colaron cosas raras en el sonido de su primer disco.
Así fue avanzando este ente amorfo hasta llegar a parir una obra deforme y desesperante como esta (su tercer esfuerzo larga duración).
A lo largo de 90' (es un disco doble), son pocos los momentos que se pueden catalogar o etiquetar como Black Metal, pero como siempre ocurre, el aura, el veneno está presente en los climas y los oscuros recovecos por los que transitamos con esta banda de sonido de la peor pesadilla que te puedas imaginar, poniendo a prueba tu equilibrio mental. Para disfrutar de algo de metal tienen que saltar al cd 2, donde podrán encontrar algo relacionado con el estilo, así que paciencia, que vale la pena.
Como referencia no se me ocurren muchas bandas. Por ahí Ulver, en sus primeros pasos luego de abandonar el metal definitivamente, allá por el año 1998, cuando editaron ese experimento-también doble- titulado "Themes From William Blake's The Marriage of Heaven and Hell", pero lo de The Axis of Perdition no es tan orgánico, más bien trasunta una frialdad comparable a la de los franceses Blut Aus Nord, pero sin el componente de metal de ellos.
La inspiración de la banda actualmente se recuesta sobre uno de los juegos más perturbadores que jugué en mi vida, "Silent Hill", creando la misma tensión con sus instrumentaciones y ruiditos industriales, situándonos casi sin anestesia en una ciudad roída por la mugre y la insanía, donde no queda nada en pie, sino los últimos estertores de una bien merecida decadencia y extinción.
Un disco solo para iniciados.
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