26 de marzo de 2010

Black Sabbath "The Eternal Idol" (1987)

nero
Otro disco de la década del '80, de los dioses ingleses, los creadores de los sonidos más oscurso y tenebrosos de nuestras vidas.
En este caso el que inicia la trilogía con este gran cantante llamado Tony Martin, quien se fue (o lo fueron) cuando el duende Dio volvió en el año 1992 para el descomunal "Dehumanizer".
los críticos no reconocen demasiado a estos discos, dando por entendido que los más queridos por los fanáticos (nosotros) son los de la etapa de Ozzy, y los de Dio (todos impresionantes).
Pero creo que el rango vocal de Tony es casi tan increíble como la del enano, y en sus discos lo demuestra con creces.
En esta etapa La Bruja se vio influenciada por el Hard Rock más clásico, y contó con grandes músicos a lo largo de todas las formaciones que desfilaron durante la década. En este caso, aparte de Martin y el Dios del riff (¡Iommi, quien otro!), podemos escuchar a Dave Spitz y a Bob Daisley en el bajo, a Eric Singer en batería y a Geoff Nichols en teclados (supremo el trabajo realizado en este disco). Por aquellos años era imposible para la banda (bah, para el guitarrista líder) mantener una formación estable.
Incluso las voces ya habían sido grabadas por un cantante superlativo, Ray Gillen, quien tuvo que dejar el grupo por problemas de egos, ya que según dice la leyenda tenía tanto carisma que podría haber eclipsado incluso al mítico Ozzy. De hecho hay un pirata titulado "The Ray Guillen Years" donde se encuentra plasmada la capacidad del vocalista, y que ayuda a dar crédito a esa leyenda.
Hoy por hoy la canción que más me gusta es "Nightmare" en donde aparentemente se podrían escuchar algunos gritos de Guillen.
Un gran disco de la etapa menos valorada de los Sabbath, como para sacar el ochentero que todos llevan adentro.

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