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Bueno, Bethlehem hace lo mismo con su disco debut, y le queda perfecto el título. Metal ultra depresivo, con alguna tintura Black y muchísima depresión concentrada tanto en los climas como en las suicidas letras. Como si estuviéramos escuchando depressive black metal, una década antes de que esta categoría fuera escupida por la prensa y algunas bandas.
Las guitarras de Matton parecen haber sido concebidas en alguna pieza de un hospicio. Seguramente fue acompañado por los demás integrantes. El vocalista y tecladista Classen no se queda atrás, tensando sus cuerdas o gritando con furia y desesperanza algunas de las letras más oscuras.
Las melodías que por momentos aparecen enterradas entre tanta distorsión es como un bálsamo para la locura que atraviesa la obra, y uno de los mejores momentos de la misma es en "Apocalyptic Dance", a partir de 7'40'', cuando la velocidad baja rotundamente y casi se manifiesta la mismísima Parca, la tranquilidad dura hasta el final de la canción, cuando irrumpe un piano/teclado para lastimar nuestra apesadumbrada alma nuevamente.
Los primeros 10'' de "Vargtimmen" son monstruosos, en compañía de ese bajo distorsionado que avisa lo que está por llegar. También encontramos acá momentos de calma cargados de angustia, que para los amantes de este afecto serán la gloria.
La maldad se hace presente en esa marcha funeraria llamada "3rd nocturnal prayer", creo que la composición más opresiva de todo el disco.
Lo más interesante es que logran sonar extremos y muy oscuros sin subir demasiado la velocidad a lo largo de todo el disco, sino recalcando en los climas, y eso es un gran logro.
Podría seguir así con todos los temas, porque este disco es uno de los que más satisfacciones y grandes momentos me regalaron.
Pero no. Se los dejo a ustedes para que lo disfruten y saquen sus propias conclusiones.
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