La historia de esta banda es rara. Empezó siendo una banda de Death Metal bastante común, hasta mediocre diría.
Quienes estaban involucrados en ese primer demo autofinanciado eran integrantes de lo que después sería In The Woods...: los hermanos Botteri, Kobro, y uno de los sesionistas más importantes de la escena extrema: Tchort, quien pasara por Emperor, Satyricon, Carpathian Forest y un eterno etcétera.
Luego de ese demo la banda quedó en stand by hasta fines del año 1998. In The Woods... estaba llegando a su fin, todos lamentábamos la pérdida que eso significaba para el mundo de la música, hasta la confirmación del rumor con la salida de "Three Times Seven on a Pilgrimage" (2000). Fue un golpe tremendo para quienes seguíamos a la banda desde hacía un tiempo.
No mucho tiempo después surgió un nuevo nombre en el firmamento experimental noruego, y los colores eran similares a los que había utilizado In the Woods... al final de su historia. Y revivió aquel proyecto, de la mano de una joya progresiva experimental titulada "Journey to the End of the Night" (2000).
Un año después aparece este descomunal disco con increíble cantidad de 1 canción...de 1 hora de duración.
Imagínense que a lo largo del disco/tema, las emociones aparecen de a billones. Instrumentaciones del mejor Rock Experimental de los '60 y '70, más algunos toques de clasicismo con un conjunto de cuerdas, tonadas Folk e intensidad metalera, para lograr uno de los discos más impresionantes que escuché en mi vida, sin consideración de estilo y género.
Por momentos se vuelve tan melancólico que lastima, y cuando uno se entera de que el álbum estuvo inspirado por el nacimiento del hijo de Tchort, se puede llegar a la evidencia que por el hecho de tocar música extrema, el músico no pierde ni un ápice de sensibilidad.
Escuchen sobre todo al comienzo del disco, todos esos niños cantando o jugando...hipnótico.
Les dejo esta experiencia musical única, para que deleiten sus oídos y expandan sus mentes. Pura MÚSICA.
Quienes estaban involucrados en ese primer demo autofinanciado eran integrantes de lo que después sería In The Woods...: los hermanos Botteri, Kobro, y uno de los sesionistas más importantes de la escena extrema: Tchort, quien pasara por Emperor, Satyricon, Carpathian Forest y un eterno etcétera.
Luego de ese demo la banda quedó en stand by hasta fines del año 1998. In The Woods... estaba llegando a su fin, todos lamentábamos la pérdida que eso significaba para el mundo de la música, hasta la confirmación del rumor con la salida de "Three Times Seven on a Pilgrimage" (2000). Fue un golpe tremendo para quienes seguíamos a la banda desde hacía un tiempo.
No mucho tiempo después surgió un nuevo nombre en el firmamento experimental noruego, y los colores eran similares a los que había utilizado In the Woods... al final de su historia. Y revivió aquel proyecto, de la mano de una joya progresiva experimental titulada "Journey to the End of the Night" (2000).
Un año después aparece este descomunal disco con increíble cantidad de 1 canción...de 1 hora de duración.
Imagínense que a lo largo del disco/tema, las emociones aparecen de a billones. Instrumentaciones del mejor Rock Experimental de los '60 y '70, más algunos toques de clasicismo con un conjunto de cuerdas, tonadas Folk e intensidad metalera, para lograr uno de los discos más impresionantes que escuché en mi vida, sin consideración de estilo y género.
Por momentos se vuelve tan melancólico que lastima, y cuando uno se entera de que el álbum estuvo inspirado por el nacimiento del hijo de Tchort, se puede llegar a la evidencia que por el hecho de tocar música extrema, el músico no pierde ni un ápice de sensibilidad.
Escuchen sobre todo al comienzo del disco, todos esos niños cantando o jugando...hipnótico.
Les dejo esta experiencia musical única, para que deleiten sus oídos y expandan sus mentes. Pura MÚSICA.
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