satyricon |
Si con "Volcano" (2002) se insinuaban esos sonidos rockeros y ese gancho inmediato en canciones de un estilo que no debería tener groove (léase bien, no debería), en este se acrecienta y finalmente Satyr te termina de convencer de que es un gran compositor de canciones, y que Satyricon tiene una discografía tan increíble y tan creíble, que incluso frente a su actual Black 'n Roll no puedo dejar de sorprenderme.
La canción que abra la placa y le da el nombre al disco es simplemente DES-CO-MU-NAL. Por no hablar de K.I.N.G., que tiene uno de esos riffs que dentro de 20 años harán que se te mueva sola la cabeza, para levantar la mano con el dedo meñique y el índice automáticamente, con cara de ira gritando. (Ja!).
Otras de las canciones que se destacan sobre el resto es "The Rite of Our Cross", junto con "Delirium", en donde se repite esa cuestión que tanto me gusta, cuando las bandas aceleradas y veloces bajan las revoluciones resaltando los climas más opresivos y malvados.
Entonces, ¿quieren absorver la escencia del mal? Cuando lleguen al final del disco y comience a sonar "To the Mountains" se van a dar cuenta que estos noruegos respiran y destilan maldad, sin hacer referencia incluso a los oscuros tiempos medievales, ni a ancestrales tronos en los bosques, solo con música.
Y eso ya es mucho.
Gracias a Satyricon la oscuridad será eterna, y brindo por eso.
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