8 de octubre de 2009

Dragonauta "Luciferatu" (2003)

cabra
Sigo embalado con bandas argentinas del carajo.
En este caso Dragonauta. Vienen dando vueltas desde el año 1999, y después de un primer y único demo editaron un split con Los Natas (2000) en donde más que influencias parecía (en algunos temas) un robo de ideas pergueñadas por Black Sabbath era Ozzy.
Después de ese debut (que no está para nada mal), llega este primer larga duración que fue el comentario de toda la prensa especializada del mundo.
Canciones con una identidad propia, con influencias que van desde los clásicos del Doom Metal (St. Vitus, The Obssesed, Cathedral , etc.), pasando por la música progresiva y psicodélica de los '70 (Me viene a la memoria Hawkind), o bandas argentinas de aquella época (Vox Dei, por ejemplo), sin dejar de lado sonoridades y yeites propios del Jazz.
Un comienzo bien rutero con "Bruta Vu (Hijo del Diablo)" hasta el grito de Fede Wolman a los 29'', para indicarnos que estamos frente a una banda pesada. Pero a los 2'45'' comienza un viaje distinto y oscuro, y tenemos que entender que no es una banda más. Los matices se multiplican (y la referencia a Vox Dei es más que patente, sobretodo a su disco "La Biblia").
Con "To Megapentagram" arranca bien experimental, como para bajar un cambio respecto de la canción anterior. Y se podría decir que es una de las perlas del disco, con reminiscencias al Jazz y a lo progresivo maravillosas, y que encajan a la perfección en el sonido y concepto de la banda.
Jazz dije recién. Escuchen hasta el 1'23'' y díganme si no parece una banda de Jazz fusión de los '70.Eso nos presentan en "Vidrio Negro", otra de las joyitas del disco.
"The Superchrist" te refriega por la cara toda la suciedad de las bandas pioneras de este sonido en los '80, con esas voces cavernosas que me remiten en el acto al Venom más sucio y podrido. Por el mismo camino va "Antología de un hombre blanco",por otro lado la canción más larga del disco, con 9' 31''.
"Powerchild" tiene esos climas lisérgicos que hacían a bandas como Goblin una escucha casi obligatoria, para volverse adictiva. Al mismo tiempo, es uno de los temas más duros, y ásperos.
Psicodelia y cuelgue. Ahí tenemos "Funeral Mágico" y toda su influencia blusera para hacernos asustar con la maldad del diablo metiéndose en nuestras mentes. Como si fuera un mal trip de ácido cabalgando la mente de algún chamán en pleno ritual satánico.
Pero el ritual no tiene descanso, porque el disco termina en un arrastrado "Human-Jackal God", que no permite que te relajes ni te despegues de lo que estás escuchando. Todas lascanciones superan los 5' de duración, por lo que la banda tiene suficiente tiempo para hacer crecer y desarrollar las ideas y los sonidos adecuadamente, sin cansar siquiera.
Esto no es solo un disco. Es el mal procesado y envasado para poder ser escuchado, y aprendido.
Recuerden siempre: "El infierno es encantador"

No hay comentarios:

Publicar un comentario